España es un país solidario, de los que más son en el mundo. No se puede negar
Con una ola de frescura y un punto de vista optimista sobre la vida, Silvia Laforet lanza una novela pensada para animar a vivir, a sentir alegría y a amar. ‘Dónde puedo alquilar una primavera’ puede ser un manual para superar los momentos difíciles y así lo contó la autora en Periodista Digital donde presentó este último trabajo.
SINOPSIS
Alicia, recién divorciada y con dos niños, alquila un piso en un barrio sencillo que parece lo que realmente es: un lugar lleno de vida auténtica, de la de verdad. Confusa y agobiada, Alicia no sabe si va a ser capaz de estar tan viva como sus nuevos vecinos. Sin embargo, casi sin quererlo, una sorprendente revolución le espera entre las cajas de la mudanza.
Arturo el Anciano, Ángeles la Dispuesta, Fernando el Guapo y Rodrigo el Tímido le van a enseñar a Alicia la Triste que la felicidad es una planta que florece inesperadamente y que, si no estamos atentos, corremos el riesgo de perdernos su perfume.
No importa que tengas veinte años o ciento doce, cuarenta y tantos o sesenta y tres. En esta novela estáis tú, y tu vecino del bajo, la del 3º A, y el chaval del 1º B. Están tu barrio y otros barrios, sucesos antiguos, de la semana pasada y también, ya lo verás, del porvenir, ese lugar que puede ser -¿por qué no?-, tan luminoso como una primavera.
TITULARES DE LA AUTORA
‘Dónde puedo alquilar una primavera’ es una novela anticrisis que intenta levantar un poco el ánimo en momentos difíciles.
Lo que muestra la novela es que dentro de un paisaje totalmente realista, porque la novela es muy realista, muy cotidiana, muy de personas como somos todos nosotros, como es la realidad de este país en este momento.¿Por qué no tener un punto de felicidad, un momento inolvidable, una historia oculta dentro de todo esto?
La felicidad es una decisión personal en muchos casos, tú tienes que decidir ser feliz, que es lo que hacen al final algunos personajes de este libro.
Admiro mucho a Carmen Martín Gaite y admiro mucho a mi tía Carmen Laforet. Son una generación de mujeres que hablaron de la realidad de su momento y para ellas era mucho más difícil que para nosotras, las escritoras de ahora.
Al final queremos escucharnos a nosotros mismos en lo que leemos. Esto es importante para que el lector se identifique.
Los personajes de este libro son cotidianos. Te los puedes encontrar en el metro, en la calle, en el supermercado, en el ascensor…
Hay miles y miles de familias españolas que siguen viviendo en las casas de siempre, como se vivía en los años 60.
Esta novela es una novela de barrio, que recupera esa vida de barrio que aún existe, esa solidaridad, esa confianza para bien y para mal.
Esto es lo interesante, que vivimos en una telaraña, estamos todos enlazados. No nos damos cuenta y estamos perdiendo además ese contacto tan íntimo y tan gratificante.
Son muchas las noticias de solidaridad en barrios, o pueblos. En los pueblos no se ha perdido, pero se está perdiendo. Yo conozco algunos pueblos y no se por qué tienden a imitar lo peor de la ciudades, en vez de lo mejor.
España es un país solidario, de los que más son en el mundo. No se puede negar. Yo quería recuperar un poco la base de esa solidaridad.
Hay muchísima gente que está viviendo gracias a sus amigos, a sus familiares, a sus abuelos. Un homenaje a los abuelos, por favor, que están manteniendo varias economías familiares, no solo la suya propia.
Entre los protagonistas de la novela pueden surgir muchas cosas. Hay muchos años de diferencia, ¿pero qué problema hay? Ninguno.
Yo creo mucho en la carga genética, es cierto, pero también en la influencia del entorno. Yo he crecido rodeada de libros, de grandes lectores y de grandes escritores.
La última vez que vi a mi tía, Carmen Laforet, la recuerdo con una expresión de serenidad, como si hubiera alcanzado algo que a nosotros se nos escapa. Decía mucho sin decir una palabra.
Silvia Laforet nació en Madrid en diciembre del año 1969. Comenzó a escribir a los cuatro años y a los diecinueve a trabajar en el Ministerio de Cultura, donde continúa. Considera que la mejor escuela es la única a la que acudimos todos, y sobre ella escribe.
Sus hijos, la literatura y la sorpresa que es la vida son sus prioridades, y en su último día le gustaría poder decir: qué paseo tan bonito.
Ha publicado tres ensayos y una novela corta, artículos y relatos, con los que ganó varios premios; ha participado en programas de radio y televisión y en publicaciones periódicas.
Esta es su primera novela publicada. En la actualidad, desaparece intermitentemente en los entresijos de una nueva historia.