Compañeros de la niña asesinada en Seseña dicen que era 'la líder de una banda'

Cristina Martín: crónica de un asesinato anunciado

La Guardia Civil cree que la asesina pudo cometer el crimen sola dada 'su corpulencia'

Algunos apuntan a que los celos de la menor detenida fue la razón del asesinato

Cristina Martín murió violentamente. Un golpe en la cabeza, moratones en su cuerpo y un corte en una de sus muñecas por el que se desangró.

Pero, ¿quién mató a Cristina?, ¿por qué? y ¿cómo? Tanta violencia y ensañamiento revelan una gran cantidad de ira.

¿Cómo se llega entonces a esos extremos? Sobre todo esto reflexiona Esther Mucientes en El Mundo, en un largo y detallado reportaje titulado «Decálogo de un asesinato«.

Según los primeros datos facilitados por la Guardia Civil, la criminal fue otra menor de 14 años, de origen cubano y de «constitución fuerte».

¿Qué pasa por la mente de una adolescente para asesinar a una compañera? ¿Qué había entre las dos muchachas para un desenlace tan terrible? Este es el decálogo de un asesinato.

1. La asesina confesa

La menor de 14 años detenida pertenece al círculo más cercano de Cristina. Estudiaban en el mismo instituto, el Margarita Salas, y entre ambas existía desde hace tiempo una fuerte rivalidad a la que la detenida puso fin el pasado martes asesinando a su enemiga.

Es de origen cubano y de «gran corpulencia», lo que ha hecho pensar a la Guardia Civil que sí que pudo asesinar sola a Cristina.

Uno de los datos más escalofriantes ha sido el momento de la confesión. Al parecer la menor tras varios interrogatorios confesó el crimen sin mostrar ni un ápice de remordimientos.

Marcó el lugar donde estaba el cadáver y explicó fríamente cómo asesinó a Cristina: la golpeó, le cortó una muñeca, la tiró al pozo y luego intentó ocultar el cuerpo cubriéndolo con piedras.

2. Las hipótesis

Muchas han sido en las últimas horas las hipótesis sobre el asesinato de Cristina Martín. Sus compañeros y amigos ya han empezado a fabricar sus propias teorías sobre su muerte.

Algunos apuntan a que el enfrentamiento entre ambas niñas se debía al novio de la menor detenida, otros van más allá y afirman que Cristina era la líder de una banda que arremetía contra la menor detenida por su condición de inmigrante y su aspecto, una teoría desmentida por la familia y amigos más cercanos.

Los que apuntan a un enfrentamiento por celos aseguran que «Cristina y su compañera discutían por un chico». Al parecer, esta última tenía celos de Cristina, de que pudiera quitarle a «su chico».

«Pensaba que Cristina se lo podía quitar», es la razón que esgrimen sus compañeros del instituto Margarita Salas, donde estudiaban las dos niñas.

A partir de aquí la rivalidad entre ambas chicas fue a más hasta el martes pasado, día de su desaparición, cuando la menor detenida y Cristina quedaron para pegarse.

Sin embargo, otras hipótesis giran en torno a otra teoría totalmente distinta. Según varios alumnos del instituto, Cristina formaba parte de una banda, de la que era «su líder» y que, según fuentes de la investigación, podría estar acosando a la presunta asesina.

«Era la líder, tenía un carácter fortísimo. Ni los chicos se metían con ella. Yo estuve saliendo quince días con Cris, pero lo dejamos porque era muy mandona», contaba este domingo otro alumno.

Todo especulaciones que cada vez rodean más el caso, ahora bajo secreto de sumario.

Una teoría que la familia y amigos más cercanos de Cristina han desmentido tajantemente. «Es completamente mentira que mi prima perteneciera a una banda», afirma su primo. «Cristina nunca se metía en problemas», asegura Leandra, otra amiga de la joven.

Lo que sí demuestran ambas teorías es que las dos niñas tenían serios problemas de convivencia entre ellas. Al parecer las peleas y enfrentamientos no eran algo puntual sino que se producían prácticamente a diario.

3. El cómo

El pasado martes por la mañana, Cristina acudió con su madre al mercadillo de la localidad toledana. Estando allí, la joven recibió una llamada de su presunta asesina. Quería quedar con ella y acabar a base de violencia con el enfrentamiento que mantenían.

Cristina pidió permiso a su madre para salir esa tarde, algo que le negó por estar castigada debido a las malas notas que había tenido. Sin embargo, la niña acudió a la que sería su última cita.

Todavía no se sabe dónde quedaron, aunque parece que las primeras pruebas apuntan a que la cita fue en la antigua yesería donde 5 días después fue encontrado el cadáver de la adolescente.

Lo que allí ocurrió sólo lo sabe la joven de 14 años que tras varios interrogatorios e intentos de despistar a la Guardia Civil confesó el lugar donde se encontraba el cuerpo de la niña de 13 años.

Las primeras líneas de investigación apuntan a que la asesina confesa golpeó con violencia a Cristina, que ésta cayó y se golpeó la cabeza, aunque fue un corte en la muñeca que presuntamente le hizo su enemiga con un guijarro, que ahora busca la Guardia Civil, la que le provocó la muerte por desangramiento.

Por los pañuelos encontrados en la supuesta zona del crimen, Cristina debió de intentar taponarse el corte, pero entonces, la menor detenida la empujó, según su versión, a un pozo donde Cristina se desangró. Después intentó ocultar el cadáver con piedras.

4. La autopsia

Así describía uno de los primos de Cristina, David Lechuga, en qué estado se encontró el cadáver de la joven: la niña presentaba la cara con «golpes», con «un moratón en la frente, arañazos en la mejilla, los labios partidos», y argumentó que para ello el agresor debía utilizar «piedras o un palo de madera», porque tenía la cara «bien fastidiada». «Se han enseñado bastante duro con ella».

El domingo por la tarde la autopsia revelaba que Cristina había muerto por un corte en la muñeca por el que se desangró. Un corte que al parecer no era mortal, por lo que si la menor hubiera recibido asistencia médica podría seguir hoy con vida.

La Guardia Civil busca ahora una navaja o un guijarro -canto de piedra afilada- con la que se le hizo el corte. Además, fuentes de la investigación han explicado que el corte se hizo durante la pelea y no al caerse al pozo.

Además, el cuerpo de Cristina presentaba claros signos de violencia, un fuerte golpe en la cabeza, arañazos y moratones por todo el cuerpo.

5. La confesión

La asesina confesa tuvo que ser interrogada al menos en tres ocasiones hasta que reveló dónde estaba el cuerpo de Cristina y qué había ocurrido. Aunque la Guardia Civil sospechó de ella desde el principio en los dos primeros interrogatorios se limitó a negar que supiera qué había ocurrido con Cristina y dónde se encontraba.

No fue hasta el tercero cuando se derrumbó y confesó el crimen. Sin embargo, lo sorprendente fue la sangre fría con la que confesó el crimen.

La joven no mostró en ningún momento remordimientos y se limitó a contar que le dio varios golpes con una piedra a la víctima, que la cortó y que la empujó al pozo.

Los investigadores han revelado que durante todos los interrogatorios se mostró tranquila, pero que ya desde el segundo empezó a dar versiones contradictorias y con un poco de presión finalmente confesó, pero sin mostrar ningún sentimiento de culpa.

6. Cristina

Cristina Martín tenía 13 años. Era una adolescente como la mayoría. Le gustaba estar con sus amigos, navegar en las redes sociales -tenía perfil en Tuenti-, y en los últimos meses había empezado a bajar su rendimiento escolar.

Quien la conocía asegura que «nunca se había metido en peleas» y que era «una joven tranquila». Cristina era la tercera de cuatro hermanos, dos chicos y dos chicas. Su padre trabaja en el Ayuntamiento, y la familia planeaba ir esta Semana Santa de vacaciones al pueblo de la madre, Pilar, en Calzada de Calatrava (Ciudad Real).

Cristina repetía curso en el Instituto Margarita Salas y había suspendido varias asignaturas. Era subdelegada de curso en 1.º C de la ESO.

«Era una chica muy viva, muy valiente», según indicaba el padre de otro estudiante del mismo curso, aún incrédulo por lo sucedido en el pueblo.

7. La investigación

Sea cual fuere la razón final que llevó a una menor de 14 años a golpear y después cortar la muñeca de Cristina hasta que se desangró, lo que sí ha quedado claro es que la rivalidad entre las dos niñas llevó a un cruel asesinato.

La investigación se centra ahora en encontrar la presunta arma homicida, una navaja o un guijarro con el que la asesina confesa cortó la muñeca de Cristina. La Guardia Civil busca desde el domingo en los alrededores del lugar donde se encontró el cadáver y en la casa de la detenida.

Además, se investiga si las dos jóvenes acudieron solas a la pelea o acompañadas. Es raro entre adolescentes con la edad de las dos menores acudir a una pelea en solitario, por lo que se sospecha que pudo haber más gente en el momento del asesinato, o bien amigos de la detenida, que sólo fueron a mirar o que la ayudaron, o bien algún amigo de Cristina que, ahora, por miedo no habla.

8. Las sospechas

La duda está ahora en saber si Cristina murió realmente allí o su cadáver fue trasladado, ya que en el pozo donde estaba el cuerpo no se ha encontrado gran cantidad de sangre, aunque sí numerosos pañuelos con los que Cristina pudo intentar taponarse el corte que le provocó la muerte.

Un dato que ha hecho dudar a la familia de que la menor detenida sea la única persona involucrada en el crimen.

Pese a las teorías de la familia, la Guardia Civil insiste en que dada la corpulencia de la presunta asesina, sí que pudo cometer el crimen sin ayuda de nadie.

Las dudas siguen, aunque poco a poco se va dando luz al que ya se conoce como el ‘crimen de Seseña’.

9. Las penas

El juez de menores de Toledo ordenó este lunes el internamiento en un centro cerrado de la chica de 14 años, de acuerdo con la petición del fiscal.

El fiscal reclamó la medida cautelar dada «la gravedad de los hechos, los indicios racionales y contundentes de la participación de la menor en los mismos; para evitar el riesgo de que eluda u obstruya la acción de la justicia y para la custodia y defensa del menor expedientado, como marca la Ley del Menor».

En el caso de ser declarada culpable de asesinato, la menor pasará como máximo cinco años en un centro de internamiento y otros tres en régimen de libertad vigilada, según determina el artículo 10.2 de la Ley reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores.

El ‘crimen de Seseña’ ha reabierto, por tanto, el debate sobre la necesidad de endurecer la Ley del Menor y ha vuelto a poner sobre la palestra la insuficiencia de la actual legislación.

10. Conmoción

El asesinato de Cristina ha conmocionado a una localidad hasta ahora conocida por su ‘boom’ urbanística con Paco ‘el Pocero’. Ahora, el pueblo vive entre el temor por sus niños y la tristeza por la muerte de Cristina.

Pocos son los que quieren hablar en la localidad toledana. Este lunes, durante el entierro de la niña, los llantos y caras de desesperación acompañaban a un pueblo entero que sigue sin entender por qué ha ocurrido esto.

 

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