Ponce atribuye a la política el final de los toros en Cataluña

Ponce atribuye a la política el final de los toros en Cataluña

El matador de toros Enrique Ponce durante la sesión que ha mantenido con el periodista Andrés Amorós, dentro de los actos del Hay Festival de Segovia. EFE

EFE/Archivo

El torero Enrique Ponce ha atribuido hoy a los políticos, y no a los antitaurinos, que acabe la fiesta de la tauromaquia en Cataluña, con la última corrida en Barcelona, el próximo domingo, argumentando que todo se debe a que representan la tradición e idiosincrasia de todos los pueblos de España.

Trabajo le ha costado al crítico Andrés Amorós sacarle a un moderado, pero apasionado maestro, que «no han sido los antitaurinos, que han existido toda la vida, pero no tienen fuerza, sino los políticos separatistas», los que han acabado con los toros.

Ya de paso, puestos a repartir por lo mismo, también le han tocado reproches al presidente de Ecuador, Rafael Correa, tras el referéndum para abolir los toros en Ecuador.

Ponce ha sido tajante: «Lo mejor es ir» a Quito, aunque la res vea la muerte en los corrales y de un disparo por arma de fuego, «porque lo que quiere Correa es que no vayamos y no yendo las figuras, la fiesta decaiga».

El primer matador de toros en activo que ha conseguido la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, en 2007, se ha resignado a no volver a trabajar en Cataluña: «No tenemos mucha escapatoria, en un futuro quizá se pueda hacer algo, pero es una barbarie que no debe servir de ejemplo en otra comunidad o en otro país».

Y ha recordado tardes de gloria en la Monumental, donde le encantaba torear, aunque ha confesado no haber vivido el esplendor que conoció su suegro, el ex-matador Victoriano valencia, sentando entre el público, principalmente compuesto de aficionados, entre ellos el escritor Eduardo Mendoza.

En uno de los primeros eventos del Hay Festival de Segovia, Ponce ha hablado de vocación y de sentimientos, también de suerte por poder dedicarse a lo que siempre ha querido y con lo que seguirá: «me siento a gusto, me encuentro bien, capaz, sueño con la perfección, aún puedo emocionar a mucha gente».

Ha reconocido llevar toreadas unas 2.070 corridas de toros y de haber matado más de 4.500 toros, si incluye festivales y novilladas, pero, apoyándose en la ironía de Amorós ha dicho que eso no le convierte en un «terrible carnicero».

Y es que matar un toro, ha sentenciado el diestro, «es consecuencia de todo, es poder crear una obra de arte en el momento en que se fusiona el toro y el torero, en una conjunción que despierta el sentimiento, en un lance, en un muletazo…»

Por eso, ha concluido que si tiene que recordársele por algo es porque «soy perseguidor de la belleza, entiendo que el toreo es algo bello y artístico» y, no en vano, ha reiterado que los toros han inspirado a escritores, poetas y músicos.

Indignado con los abolicionistas y enamorado del toro bravo Ponce ha llegado a subrayar que «el torero es el primer ecologista del toro bravo», junto con el ganadero y el aficionado, porque esa res no sirve para carne y, si no hay corridas, terminaría desapareciendo.

Y, ya entregado, en los últimos minutos, como si estuviera rematando faena, el diestro se ha lanzado para dirigirse al respetable y confesarle que seguirá siendo torero toda la vida, «alguna faena cuajaré, aunque sea de salón».

Por su parte, la consejera de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León, Silvia Clemente, ha dicho a los periodistas que «el movimiento antitaurino sólo puede desembocar en la extinción de una especie, el toro de lidia, y no lo vamos a permitir».

«Toros sí», ha repetido Clemente junto a Ponce, en un evento que ha patrocinado Tierra de Sabor, para advertir que la presidenta del PP en Cataluña, Alicia Camacho, ha puesto como condición una moratoria de la prohibición de los toros a cambio del apoyo a los presupuestos de Cataluña.

Según Clemente, además de historia y cultura de España, hay una cuestión económica, pues sólo en Castilla y León se producen más de 4.000 toros para la lidia.

Con 241, Castilla y León es la Comunidad con más ganaderías de toro de lidia de España, después de Andalucía, y donde tienen lugar el 28% de los festejos taurinos mayores que se celebran en España, donde del conjunto del sector dependen 200.000 empleos.

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