Molinaseca es una villa de trazado medieval situada en la comarca leonesa de El Bierzo, a 7 Km de Ponferrada, y uno de los enclaves más importantes del Camino de Santiago.
El pueblo fue declarado en 1975 Conjunto Histórico – Artístico, y suele ser parada para los peregrinos que han hecho noche en Rabanal del Camino.
Se sale de Rabanal, se hace un alto en la Cruz de Ferro, clavada sobre un montículo de piedras a 1.500 metros de altitud y se enfila ya cuesta abajo, a la búsqueda del agua, los árboles, la sombra y la placidez del Bierzo.
Tras pasar Manjarín, El Acebo y Riego de Ambrós, se da uno de bruces con Molinaseca, a orillas del río Meruelo.
El pueblo, que tiene dos soberbias iglesias y una refrescante piscina fluvial, cuenta con una buena red de tabernas, restaurantes de diverso precio, farmacia y bastantes casas rurales.
Una de las más logradas y la que recomendamos se llama ‘La Casa del Reloj’.
Hay que cruzar el puente románico, avanzar dos centenares de metros por la calle Real -que es por donde discurre el Camino de Santiago- y a la mitad, a la izquierda, ocupando toda la manzana y encuadrada por la calle dedicada al periodista Alfonso Rojo cuya familia es propietaria de ese enorme y antiguo edificio, por la Calle Real, la avenida de Manuel Fraga y una callecita sin nombre, está la Casa de las Torres.
Es al final de esa callecita, a la izquierda, unida a la mansión principal por un pasadizo elevado, que todavía permite cruzar a lo que fue la cuadra y donde estaba la zona de sirvientes de la Casa de las Torres, queda ‘La Casa del Reloj’.
Si se llega a Molinaseca en coche, por la estrecha carretera que en su día fue nacional y ahora serpentea por las montañas entre Astorga y Ponferrada, ‘La Casa del Reloj’ queda justo en el mojón del kilómetro 50.
Tiene enfrente un gran jardín arbolado, parte del cual sirve para aparcar sus vehículos a los que se alojan en la casa rural, que se distingue perfectamente por el reloj colgado en la fachada.
Además de la sala empedrada, con dos chimeneas centrales y una pequeña cocina donde puedes preparar lo que quieras, tiene 10 habitaciones (todas con cuarto de baño), con opción a dos camas o lecho matrimonial. Para casos excepcionales, hay disponibles algunas camas supletorias.
Un rincón idílico donde no suena el teléfono, no molesta la televisión pero hay wifi gratis y en cuya chimenea anidan las cigüeñas.
EL PUEBLO Y LOS LUGAREÑOS
El Santuario actual es de 1705, pues tuvo que ser reconstruido tras un incendio, pero ya existía en el siglo XI. Tanto en el interior como en el exterior se encuentra la imagen de La Piedad. Suele estar cerrado al público, pero hay una persona encargada en el pueblo de abrirla si se quiere visitar, hay que preguntar en la oficina de turismo, que se encuentra en el Ayuntamiento.
Frente al puente hay una playa fluvial que tiene mucho ambiente en verano, con múltiples terrazas para tomar algo, y es muy frecuentada por los ponferradinos.