Los pasajeros temían por si se trataba de un ataque terrorista. Finalmente, se dieron cuenta que lo que estaban viviendo era un acto de vandalismo
La llegada masiva de turistas extranjeros a las grandes ciudades de nuestro país, unido a la estupidez congénita de la ultraizquierda independentista, ha desatado un fenómeno que se conoce como turismofobia.
El último y más sonrojante caso se ha registrado en Barcelona, donde cuatro encapuchados afiliados a la CUP han asaltado cuchillo en mano un bus turístico de la ciudad.
Los hechos ocurrieron el pasado 27 de julio de 2017 por la mañana. El vehículo, repleto de turistas que hacían un tour por la ciudad, esperaba unos intsnates en una parada frente al Camp Nou, cuando los facinerosos -cuatro y todos con un cuchillo en la mano- lo asaltaron, pinchando las ruedas del vehículo y escribiendo graffitis del tipo «El turismo mata a los barrios».
Al principio, los pasajeros temían por si se trataba de un ataque terrorista. El temor se disparó cuando les comninaron a gritos a bajar y acogotaron amenazandole con los cuchillos al asustado conductor.
Finalmente, se dieron cuenta que lo que estaban viviendo era un acto de vandalismo.
Arran, la organización independentista y de izquierda alternativa, filial juvenil de la CUP, ha reivindicado el ataque que sufrió el pasado jueves un autobús turístico en Barcelona.
‼ÚLTIMA HORA‼Ha estat una acció reivindicativa d’@Arran_jovent https://t.co/I8aY3OE14r
— RAC1 (@rac1) 30 de julio de 2017
«Actuamos legítimamente contra un modelo que nos quiere esclavas”, han afirmado los autores del asalto.
El Ayuntamiento de la antisistema Ada Colau todavía no ha denunciado los hechos ya que “espera a tener todos los datos”, tal y como ha asegurado Agustí Colom a RAC1. El regidor de Turismo ha asegurado que se trata de un “caso aislado” y que no debe cundir el pánico.
Tanto el Ayuntamiento de Barcelona como la Generalitat anuncian que investigarán los hechos y estudiarán las medidas legales para denunciarlos.
La alcaldesa Colau se ha limitado a poner un ‘mensajito conciliador’ en Twitter:
“Protestar por el turismo no puede pasar nunca por intimidar a personas ni dañar equipamientos”.
No es la primera agresión de turismofobia en Barcelona. El pasado mes de mayo, unos manifestantes lanzaron pintura y un bote de humo a dos hoteles del Poblenou.