Un alcalde que gana más que un presidente ¿Ha llegado la hora de poner orden?

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¿Merecen nuestros políticos lo que les pagamos?

Época, Jueves, 23 de junio 2005
Los dirigentes europeos se han cansado de las diferencias. ¿Por qué un eurodiputado polaco tenía que cobrar 800 euros mensuales mientras un italiano superaba los 11.000? Parecía injusto. Buscaron la solución más lógica: igualar sus sueldos.

Ahora, tramitan un Estatuto que establecerá una asignación de 7.000 euros mensuales para todos los europarlamentarios, con independencia de su nacionalidad. Algunos verán rebajados considerablemente sus ingresos (ingleses, italianos...). Pero los eurodiputados españoles están de suerte. Cobrarán el triple del salario que tenían hasta ese momento (2.540 euros brutos mensuales).

Además del aumento en su asignación mensual, los europarlamentarios reciben 300 euros diarios en concepto de dietas, 3.500 euros anuales que no tienen que justificar y más de 14.000 euros al mes para pagar a sus ayudantes. Ahora, estar en Bruselas se ha convertido en un verdadero chollo. {sumario}El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, es el político con el sueldo más alto{/sumario} Europa quiere acabar con las diferencias, pero en España nadie hace frente a ese debate. La mayoría de los políticos considera que recibe menos de lo que se merece, a pesar de que casi todos están muy por encima del salario medio de los españoles (1.650 euros brutos mensuales). Pero todos saben que una subida de sueldo es una medida impopular. En definitiva, cobrar más podría costarles el cargo.

Y gracias a ese miedo a afrontar su propia subida salarial, se producen chocantes situaciones. Por ejemplo, un secretario de Estado, como Leire Pajín (secretaria de Estado de Cooperación Internacional) o Jaime Lissabetzky (secretario de Estado de Deportes), pueden cobrar más que su ministro. Porque además de los 72.582 euros brutos anuales establecidos en los Presupuestos Generales del Estado para su cargo, su ministerio puede asignarles un complemento de hasta el 50% de su sueldo.

El caso de las Administraciones autonómicas y municipales es un mundo aparte. Todas tienen competencia para asignar las retribuciones de sus altos cargos. Eso permite que un alcalde o el presidente de una comunidad autónoma cobre más que el jefe del Ejecutivo nacional.
{ladillo}Forrarse en la política catalana{/ladillo}
Muchos se echaron las manos a la cabeza cuando en la página web de la Generalitat de Cataluña se publicaron los salarios de los altos cargos del Gobierno autonómico. El president, Pasqual Maragall, gana 150.918 euros anuales. Es el político mejor pagado del país (exceptuando a los presidentes del Congreso y del Senado), por encima del presidente del Gobierno y de todos los presidentes regionales, a los que prácticamente dobla el sueldo.

Los consellers catalanes también están en los primeros puestos del ranking de salarios, con más de 111.000 euros brutos anuales. Estas altas retribuciones (comparadas con la del resto de los políticos del país) fueron aprobadas en su día por el anterior president, Jordi Pujol (CiU), que nunca las hizo públicas y que, a diferencia del resto de comunidades autónomas, no figuran en los presupuestos autonómicos.

Maragall quiso que sus compañeros políticos conociesen su sueldo. Y al verlo, alguno se puso verde de envidia. El jefe del Ejecutivo catalán cobra más que el presidente del Gobierno y, por supuesto más que todos los ministros del Gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero.

Además, el president tendrá en el futuro una cesantía (la paga que se lleva cuando cesa en el cargo) del 80% de su sueldo (120.000 euros) durante la mitad del tiempo en el que ha ejercido como jefe del Ejecutivo regional y una pensión vitalicia del 60% del salario (90.000 euros) a partir de los 65 años de edad. Los ex presidentes de la Generalitat tienen derecho, también tras su jubilación, a una oficina -con los gastos pagados-, tres funcionarios, un escolta y un coche con conductor a su disposición pagado por la Administración autonómica.
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