El cardenal Kasper pide autocrítica a Iglesia Católica

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Sangría de fieles católicos hacia el protestantismo

RD, Viernes, 17 de febrero 2006

Miles de fieles renuncian cada año a su fe católica en América Latina y pasan a engrosar las filas evangélicas, siendo éste un hecho que preocupa a la jerarquía de la Iglesia, admitió este jueves el cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos (CPPUNC), del Vaticano.

El fenómeno no es exclusivo de América Latina, es mundial, pero no tenemos que buscar explicaciones en las otras iglesias, sino en la propia Iglesia Católica, que debería hacerse una autocrítica y reconocer deficiencias y vacíos en su trabajo evangelístico y pastoral, aseveró.

Esta reflexión debe incluir desde cómo son nuestras misas, si son atractivas o no, si nuestro trabajo de catequesis es eficiente y si respondemos a las demandas de atención pastoral de la gente necesitada",  dijo Kasper en una conferencia de prensa.

El teólogo alemán Walter Kasper es un reconocido especialista en temas de relaciones con otras iglesias cristianas y comunidades religiosas, fue presidente de la Comisión de Diálogo Católico-Luterano, presidente de la Comisión de Relaciones Religiosas con los Judíos y desde 2001 preside la Comisión Pontificia para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

El líder católico participa en la IX Asamblea General del Consejo Mundial de Iglesias, que se realiza en esta ciudad del 14 al 23 de febrero, presidiendo una comitiva de observadores designada por El Vaticano.

Kasper señaló que el Vaticano mantiene diálogo bilateral con diferentes denominaciones cristianas, entre ellas las iglesias luteranas, metodistas, bautistas, y recientemente ha iniciado conversaciones con el Ejército de Salvación.  Considerando el impacto del crecimiento pentecostal, dijo que los obispos católicos han sostenido reuniones, especialmente en América Latina, con líderes de esas iglesias sobre temas de preocupación común en torno a la defensa de la vida, aunque no han tocado temas doctrinales.

Admitió la dificultad de un eventual diálogo con sectores neopentecostales y carismáticos, los que, precisó, "son muy agresivos, proselitistas, no tienen teología clara, ni autoridades centrales con los cuales se pueda conversar".