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«Se quiere hacer de nosotros una simple herramienta en la refriega política»

Mate Guerra, Lunes, 19 de noviembre 2001

Jacobo de Regoyos es uno de los corresponsales españoles que más tiempo lleva destinado en el corazón político europeo. La voz de Radio Onda Cero en Bruselas es querida y respetada por sus compañeros. No tiene pelos en la lengua para decir lo que piensa, ni tampoco falta de tiempo para echar una mano a quién lo necesite. Pero sobre todo, Jacobo de Regoyos tiene muy claro esto de la labor periodística en una corresponsalía, y su visión de cómo va la prensa en su país es directa y clara. A la pregunta de cómo ve la libertad de información en España no duda en responder: “Mal”. 
{p}¿De qué depende la libertad informativa de un corresponsal?, me refiero a que si gozáis de un mayor espacio en este sentido respecto de los periodistas que están en España.{/p}
{r}Tenemos mucha más libertad. Un periodista, más que un notario de la realidad como dicen algunos, es un testigo presencial de algo que ocurre y que transmite de la forma más imparcial posible pero siempre desde un punto de vista inevitablemente personal, el suyo propio. Bueno, pues el corresponsal es todavía en muchos aspectos el periodista por definición, mientras que el periodista de la sede central ve mucho limitada su capacidad de acción por múltiples factores: presión de los partidos políticos, intereses legítimos de los propietarios del medio para el que trabaja, favores prestados o por pagar, falta de imparcialidad objetiva al describir una realidad cercana que le afecta más que la observada como corresponsal en el extranjero…{/r}
{p1}¿Qué se espera de un corresponsal?{/p1}
{r1}Que duda cabe que además del corresponsal se espera algo más. Sus crónicas son mucho más personales, hasta el punto que en la sede central no podría hacerlas en el mismo tono. En él hay algo exótico, mágico, romántico. Los suyos son los ojos del lector, oyente o televidente en el extranjero. Él vive la aventura y luego se la cuenta a los demás. Por tanto se espera de él que transmita sensaciones, olores, colores, gustos, formas de vida… Que tenga alma.{/r1}
{p1}Pero Bruselas parece distinta...{/p1}
{r1}Un buen corresponsal debe conocer perfectamente primero la sociedad a la que se dirige es decir, la del medio para el que trabaja, la que le escucha…. Sólo así podrá explicar lo que sucede en la segunda sociedad por la que tiene que mostrar una curiosidad sin fin en un espíritu a medio camino entre el escritor y el historiador.
Por desgracia todo esto vale especialmente para cualquier corresponsalía menos de la Bruselas, que es donde yo estoy. Pero cómo mi vocación es ésta, la del verdadero corresponsal, yo intento también hacer lo mismo mientras hablo de directivas y cuotas. Aunque sea mucho más difícil.{/r1}
{p1}¿Se pierde identidad con el país al ser corresponsal por tanto años?{/p1}
{r1}Algo. Pero se gana en perspectiva. De pronto tu sociedad de origen se te revela con nuevos ojos, y entiendes algunas cosas que nunca habías aceptado de la sociedad donde vives. Pero yo, por ejemplo, cada vez me siento más español aquí en Bruselas, y si tengo que hacer balance entre los defectos de mi país que he descubierto con la distancia y las virtudes que antes me parecían menos evidentes... el balance es positivo a favor. En definitiva, en mi caso personal, mi identidad española se ha reafirmado.
Lo que si que es cierto es que, profesionalmente, el corresponsal debería cambiar cada cierto tiempo para que pueda renovar esa curiosidad eterna que debe tener siempre para poder transmitir esa “magia de explorador” a sus lectores y oyentes.
Pero en periodismo todos sentimos siempre esa necesidad de cambiar o morir… ¿o no?{/r1}
{p1}¿Cómo percibes la libertad de información en España?{/p1}
{r1}Mal. Los políticos cada vez nos toman más en general a los medios por sus portavoces directamente. Alguien podría pensar que lo que voy a decir ahora es fruto de mi experiencia particular en Onda Cero y no es cierto, hablo de los medios de comunicación en general en cuyo mundo estoy diariamente y de las cosas que veo. Se quiere hacer de nosotros una simple herramienta en la refriega política. El problema no es tanto aceptar la línea editorial y los intereses de tu medio. Si no estás de acuerdo lo lógico sería cambiar de trabajo y si no puedes –no siempre se puede- aceptar la situación hasta que vengan tiempos mejores. El problema es que a veces, en ocasiones, no hay el mínimo respeto por la profesionalidad del periodista y he visto a compañeros a los que se les lleva a decir algo que no es verdad del todo conscientemente, que fuerzan la realidad conscientemente. Y ahí se ha perdido todo. Y lo he visto en medios de uno y otro “bando”.{/r1}
{p1}¿Te sientes con libertad para el medio en que trabajas?{/p1}
{r1}Yo personalmente estoy a gusto con la línea editorial de mi casa y la libertad que he encontrado hasta ahora. Pero soy muy consciente de que independientemente de mi experiencia personal hasta ahora… hay batallas en este mundo en las que el periodista vale menos que un cero a la izquierda y me pone muy triste. {/r1}
{p1}¿Qué se pierde al ser corresponsal en Bruselas, ante instituciones tan rígidas, y qué se gana?{/p1}
{r1}Lo difícil es hacer de Bruselas algo interesante. Esta fue mi batalla desde que llegué. Es un trabajo mucho más duro que contar un escándalo en Gran Bretaña o la decisión de Bush de prohibir el espacio a las naciones potencialmente “enemigas”… Pero como es mucho más difícil merece la pena.
Si consigues captar la atención del taxista o el ama de casa mientras cocina para que te escuchen por la radio en radio explicando en que les afecta la nueva directiva de servicios, y todo en sólo cincuenta segundos… ya no se te resiste nada en esta profesión. {/r1}
{p1}Los corresponsales españoles que funcionáis en Bruselas, ¿practicáis el cooperativismo?{/p1}
{r1}Con límites, pero sí. Nos ayudamos bastante. Hay tanto trabajo que somos conscientes que si no nos ayudáramos unos a otros algún día todos terminaríamos por encontrar un problema gordo.
Hay de todo, como en botica, pero en general considero que hay buen ambiente. {/r1}
{p1}¿Se puede hacer periodismo de investigación en Bruselas?{/p1}
{r1}Todo el que quieras. Como ahora Internet te permite mucho más tiempo libre el corresponsal tiene por fin la ocasión de salir del carril y buscar temas propios.
Con todos los medios y la tecnología actual ya nadie puede aspirar a justificar un puesto de corresponsal para contar lo que cuentan los otros periódicos y las agencias. Un corresponsal, desde que existe Internet, debe sacar temas propios, tener fuentes, aportar algo… o irse a casa. {/r1}