Jose M. Villarejo

Hay que ahorrar en papel higiénico y… ¡hacer caja!

Hay que ahorrar en papel higiénico y... ¡hacer caja!
El comisario de policía José Villarejo. ZENIT

Atención personal del Director de PERIODISTA DIGITAL

Distinguido Sr:

En virtud del Derecho de Rectificación y sin perjuicio de ejercer las acciones judiciales que me correspondan, me dirijo a usted, en relación con la noticia publicada en el muy prestigioso medio que usted tan dignamente dirige, bajo el título de «Isabel San Sebastián demandará a El Confidencial por «pisotear su honor» con el informe Villarejo y el antetítulo «VOY A DEMANDARLES POR CALUMNIAS»

En relación a dicha noticia del día 7 del actual, desearía puntualizarle lo siguiente:

En ningún momento ha solicitado mi versión de los hechos, nadie ha contactado ni ha tenido el mínimo interés en conocer la razón del referido informe y su contenido.

Se trata de una nota informativa de carácter interno, elaborada para mi superior el Director Adjunto Operativo (DAO), con objeto de exponer las informaciones que se habían recibido en relación al entorno del Vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, evaluando la opción de comprobar la muy irregular compra en 2008 de un inmueble, por parte de una sociedad offshore y la posterior posesión del mismo.

En modo alguno dicha nota tenía vocación de hacerse pública, es una nota interna de trabajo donde se vuelcan las informaciones, que deberán ser comprobadas para más tarde judicializarse, una vez comprobada la veracidad de los datos obtenidos.

No hay por tanto ninguna intencionalidad calumniadora, en la acción de realizar un relato de hecho, que deberán comprobarse fehacientemente, antes de ponerlos a disposición de la Autoridad Judicial.

Lamentablemente para alguno de los afectados, el tiempo ha dado validez a casi todo lo que se mencionan en dicha nota y por mucho que se trate de desprestigiar al autor de dicho trabajo policial, la verdad es muy tozuda… y no se puede ocultar siempre, por mucho interés que algunos tengan en tapar lo evidente.

Sin duda señor Director, usted, al igual que muchos de sus colegas, que conocía desde hace mucho tiempo, la mayoría de los datos mencionados en la nota, no hizo nada, porque esperaba y/o necesitaba el maná que ha venido recibiendo.

El comisario que suscribe, no acusa a la Sra.

San Sebastián de ningún delito, solo se limita a recoger los datos que fuentes del propio PP mencionan, en el sentido de que podrían haber cobrado suculentos pagos para asegurar fidelidades, lo cual en modo alguno es ilegítimo, ya que como tertuliana, puede emitir opiniones según sus criterios personales, sin que ello suponga el pisoteo de su honor, como en falso se lamenta.

Y usted Sr. Director, solo recoge la única opinión de la referida periodista, que desde mi humilde punto de vista sobreactúa y se muestra muy indignada, por algo que cualquier consulta a las hemerotecas van a evidenciar, era una defensora a ultranza del Sr. Gonzalez y su cuadrilla y laminaba con su fino verbo, a todo aquel que se atreviera a llevarle la contraria, porque ello suponía ir en contra de sus amigos y benefactores, actuando como otros de sus colegas, que loaron virtudes y logros.

Dice, referido a mí humilde persona «Este tipejo lanza insidias y presuntos «periodistas» de @elconfidencial las publican«, al tiempo que inserta una foto mía, por cierto que me favorece, respecto a mi aspecto actual, por lo que se lo agradezco.

Imagino que lo de tipejo, es alusivo a mi tipo, 1,83 y trabajado en el gimnasio, pero debo decirle, que el tiempo hizo mella y ya no soy el que era, muy al contrario de la
Sra. Periodista, que por su eterna sonrisa y por la amabilidad y ternura con que se muestra en sus intervenciones, le han hecho acreedora de una eterna juventud que sin duda envidio. Y la foto… tengo una en tanga, por si le sirve para futuros comentarios.

Después añade la cacareada referencia a las cloacas. Ahí me temo que su pituitaria (quien no ha oído hablar del fino olfato de la Sra?), le ha debido de jugar una mala pasada, posiblemente porque percibe olores consecuencia de un problema de higiene corporal y/o porque el lodazal donde tiene que sumergirse… por supuesto para buscar la verdad, sin duda le altera la fina percepción de lo que olfatea a su alrededor.

Finalmente y por no extenderme más, cuando sarcásticamente reprocha que el Sr. Ministro de Interior hiciera en su día laudatorios comentarios a mi trabajo, se pregunta… que trabajos relevantes para este país…?.

Pues mire, Sra. San Sebastián, trabajos callados y discretos (hasta que ciertos colegas suyos decidieron hacerlos públicos para así irresponsablemente inutilizarlos), gracias a los cuales, usted no necesitaba de disponer de una escolta, de la que por cierto alardeaba, ya que tenía el mismo riesgo que cualquier ciudadano, riesgo que se fue eliminando gracias a la labor callada de guardias civiles y policías que nos hemos jugado nuestra integridad física y en ocasiones la de nuestras familias.

Por todo ello, para mí es un honor, que personajes que aparentando dignidad, son solo estómagos agradecidos me insulten y cacareen hasta la saciedad, mentiras y calumnias, que no por tanto repetir se van a hacer verdad. Qué curioso, que la mayoría de los insultos que recibo a diario, provienen de los delincuentes que ayudo a poner en manos de la Justicia, confío no obstante, que usted no estará entre ellos.

Y si finalmente decide demandarme, le facilito mi dirección a efectos de notificación, esto es, la calle Miguel Angel 5 de Madrid. Estoy seguro que si usted considera que le he calumniado, poco puede hacer mi humilde doctorado en derecho, con sus muy altos conocimientos jurídicos de los que hace gala en sus acertadas tertulias.

Le puedo anticipar, que la zozobra me invade desde que usted anunció su querella, porque de poco servirá los escasos datos e informaciones que todo el mundo sabe que puedo llegar a aportar, frente a la inmensidad de amistades y contactos que tanto en la judicatura como en la política usted tiene.

¡!Que Dios me coja confesado!!.

Y Sr. Director, no espere usted, que le califique como felón, mezquino y miserable, sería incapaz de ello.

Me recuerda usted demasiado a un gran amigo, del que aún espero que me llame, para explicarme porque se acobardó cuando llegó la tormenta y cambió amistad y lealtad inquebrantable, por una limosna al final de mes.
Atentamente.

Jose M. Villarejo, Comisario del CNP

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