La ventana discreta

Los independentistas, a favor de la Copa del Rey

Los independentistas, a favor de la Copa del Rey
La Copa del REY, cuando se llamaba Copa del Generalísimo y una de las bromas que circulan por la redes sociales tras la pitada al Himno de España en el Camp Nou. PD

Los vecinos, a dos cuartas del lugar, se están descojonando, en plan fino. Resulta bochornoso que las regiones más favorecidas por el franquismo, ar, se mofen del régimen democrático, lo abofeteen con pitos y flautas y se caguen en la puta madre que nos parió mientras en el resto del territorio, España, pese a quienes les pese, se guarde un respetuoso silencio, y a Els Segadors llegado el caso y se entona el Gora Euskadi Askatuta, ETA, y no pasa nada porque eso es libertad de expresión, la madre que los parió.

Un año más, el resto de los españoles -incluidos los buenos vascos y los buenos catalanes- nos hemos sonrojado con la sonora pita contra España y sus símbolos por parte de los descerebrados de siempre, enloquecidos de siempre, aunque lo suyo sería que los equipos catalanes y vascos competieran con el Mollerusa, el Sabadell y el Condal de tiempos ha. O, por otro lado, una liga con el Eibar, Alavés o el Sestao tampoco estaría mal. Las recaudaciones iban a ser apoteósicas, vamos, una limosnita para la más humilde oenegé.

Estos separatistas de cacumen cuadrado, cegatos de odio e ira, hinchas del F.C. Barcelona y Athletic de Bilbao, son los clubes que más copas de España -así se llamaba en tiempos de Franco- recibieron de manos del generalísimo y si volviera a resucitar la asirían de aquel jefe del Estado, ¿verdad, Iríbar? El cómputo total hasta el día de la fecha arroja estos elocuentes datos: 27 trofeos por parte del Barça -tal vez porque es más que un club, vaya usted a saber- y 23 los bilbaínos a los que recuerdo de niño en el Chamartín con sus chapelas a medio lado porque disputaban la final «los leones» de aquella delantera mítica compuesta por Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza, que se la sabía toda España. Un respeto.

El sarpullido soberanista, qué digo sarpullido, erupción no es nada, esa es la resultante de una picadura de pulga, ZZ, paf, es hoy una enfermedad contagiosa que aplauden los enemigos de nuestra nación que no son pocos. Con unos medios de información manipulados deformando la historia y reinventando la aldea, desconocen -hay que decirlo- las ayudas y despegue económico que tuvieron las Vascongadas y Cataluña, mientras en Extremadura se comían las migas con mocos. Los mismos ignorantes que, brazo en alto (la hemeroteca está llena de fotografías, no publicables, políticamente incorrectas), acogieron la entrada de Francisco Franco en sus respectivas regiones -eran y son regiones pese al boato y el oropel secesionista-.

En ningún país del mundo se silba al himno nacional. Ni se quema la efigie del Estado. Recuérdese el Francia-Argelia en que se silbó por parte de los «pies negros» o pieds-noirs el himno francés, el imperio. ¿Y España no fue un gran imperio? Me temo que no para Podemos y sus adláteres cuyos objetivos consisten en derribar al PP, por ende a una gran nación.

PD.-Aquí no pasa nada. Es como el art. 155 de la Constitución. Si te he visto no me acuerdo…

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