Este 4 de abril de 2014, Antonio Casado escribe El Confidencial una columna titulada ‘Cataluña no es una multinacional’ en la que arranca diciendo:
Quienes ayer asistieron en Paret del Vallés (Barcelona) a la inauguración de una planta de Grifols, líder mundial en suministros hospitalarios, debieron tener la impresión de que Cataluña está a punto de salir a bolsa en los mercados más importantes del mundo.
Añade que:
A Víctor Grifols, presidente de la multinacional farmacéutica que lleva a su nombre, le preguntaron en cierta ocasión si su empresa apoyaba la ofensiva soberanista pilotada por Artur Mas, y respondió que eso era como preguntarle si su compañía cree o no cree en Dios porque, al fin y al cabo, son las personas y no las compañías las que creen o dejan de creer.
Y concluye que:
O sea, que le devolvió la flor, como hacen las personas educadas, al recordar cómo se resistió a tirar la toalla después del primer intento de salida a bolsa. Es evidente que el president estaba rematando el balón centrado por Grifols para deslizar el recado de que, por supuesto, no piensa desfallecer. Sin novedad, señora baronesa.