Este 22 de julio de 2014, escribe Ramón Pi en La Gaceta una columna titulada ‘El tratadista Don Tancredo’ en la que arranca diciendo:
En España se vienen desarrollando dos fenómenos ante el pasmo primero, y la inquietud después, de eso que se viene llamando la sociedad civil, cada vez más alarmada ante la política que llevan a cabo los gobernantes nacionales y los principales partidos políticos.
Añade que:
Primero: La banda terrorista ETA dice que deja de matar pero no se disuelve. Segundo: Los partidos separatistas catalanes Esquerra Republicana y Convergència Democràtica (que gobierna aquella Comunidad) preparan públicamente durante años una especie de matrix de una Cataluña soberana.
Y concluye que:
Pero esta inmovilidad no es lo más grave, sino la quietud con que eso que llamamos la sociedad civil -con algunas y muy meritorias excepciones- contempla este panorama