Este 2 de septiembre de 2014, María Blanco escribe en Vozpópuli una columna titulada ‘Tengamos el libre comercio en paz‘ en la que arranca diciendo:
El primer pensamiento que debe asociarse a medidas proteccionistas son pobreza y violencia. En un mundo en el que la globalización es ya irreversible, lo mejor que podemos intentar es que sea para bien, no para mal.
Añade que:
Las demostraciones de fuerza a cargo del libre comercio no son la solución. Sirven nada más para que los trabajadores y las clases medias de los países comerciantes se empobrezcan y para que los políticos estiren un poco más la cuerda de la violencia.
Y concluye que:
Quienes demonizan los mercados y los acusan (como si tuvieran personalidad propia) de ser causantes de la crisis y de todos los males de la tierra, deberían preguntarse ¿qué pasa cuando se cierran los mercados?