El nuevo partido de Pablo Iglesias no es que se haya comido a Izquierda Unida, sino que sigue

El virus de Podemos y el reto de Pedro Sánchez, flamante líder del PSOE

Un discurso, todo lo demagógico y populista que se quiera, pero que hoy por hoy conecta con muchos ciudadanos jóvenes y no tanto

El virus de Podemos y el reto de Pedro Sánchez, flamante líder del PSOE
Pedro Sánchez. Europa Press.

Las encuestas de intención de voto que se están conociendo a la vuelta del verano empiezan a coincidir en un punto que de confirmarse en las urnas provocaría un cambio muy importante en el mapa político de nuestro País.

Ese punto de coincidencia de los estudios demoscópicos no es otro que el auge de Podemos, que podría estar ya igualado en intención de voto o incluso ligeramente por encima del PSOE.

Es decir, que el nuevo partido de Pablo Iglesias no es que se haya comido a Izquierda Unida, sino que está a punto de hacerlo con el partido que ha sido hegemónico en la izquierda desde la transición política.

Por eso, el reto que tiene por delante el nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, no es nada sencillo. Una vez finalizado el proceso de sustitución de Rubalcaba al frente de los socialistas -un proceso que se ha llevado a cabo de una forma bastante democrática con la celebración de las primarias para elegir al secretario general-; una vez que ha habido un cambio generacional en la ejecutiva del PSOE, ahora llega el momento de recuperar la confianza ciudadana perdida en los últimos años y que ha llevado a los socialistas en las elecciones generales de 2011 y en las europeas del pasado mes de mayo a obtener los peores resultados de los últimos treinta y cinco años.

Decía que la tarea del nuevo líder del PSOE no va ser nada sencilla. Podemos ha tenido la suerte y la habilidad de aparecer en el momento oportuno para aglutinar todo ese voto del descontento con la actual clase -ellos la llaman «casta»- política. Y es en el caladero de la izquierda, aunque no exclusivamente, donde la formación de Pablo Iglesias ha pescado mayoritariamente.

Tienen un discurso, todo lo demagógico y populista que se quiera, pero que hoy por hoy conecta con muchos ciudadanos jóvenes y no tanto, hartos de los partidos endogámicos, de los dirigentes que dicen una cosa y hacen otra; hartos de los diferentes casos de corrupción que salpican a derecha e izquierda.

Sánchez y la nueva dirección del PSOE tienen que decidir que quieren ser de mayores. Como dijo hace unos meses el ex-dirigente socialista vasco, Nicolás Redondo Terreros, «si el PSOE juega a ser Podemos, ganará Podemos».

La tentación de no combatir de frente al partido de Iglesias y centrar su actuación política exclusivamente en criticar y hacer oposición al PP va a ser grande. Pero entonces Sánchez correrá el riesgo de no recuperar ningún voto ni por el centro, ni por la izquierda. Es decir, quedarse, electoralmente hablando, como está en la actualidad, lo cual sería letal para los intereses no sólo de Sánchez, sino sobre todo, del propio PSOE.

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