LUCÍA MÉNDEZ

«Nadie ha podido explicar a ciencia cierta por qué Gallardón se metió en este lío»

"Nadie ha podido explicar a ciencia cierta por qué Gallardón se metió en este lío"
Lucía Méndez

Lucía Méndez comienza este 16 de septiembre de 2014 su columna titulada ‘No dimita, señor ministro’ así:

«Pobre Gallardón». Éste es el lamento más escuchado en el PP y en el Gobierno estos días. El suspiro de compasión por la suerte política del ministro de Justicia es sincero y de él participan la mayoría de sus compañeros. Hay, claro, una minoría que da por bien empleado todo lo que de malo le pase. La decisión de La Moncloa de archivar la Ley del Aborto obligará a Gallardón a explicar a los ciudadanos por qué no podrá defender su proyecto de ley ante el Parlamento. Un trago amargo, penoso y desagradable.

El impacto político de la rectificación del Gobierno ha disparado los rumores sobre una posible dimisión del titular de Justicia.

Continúa:

Gallardón parece haber entrado en la fase lastimera -no es la primera vez- de quejarse de sus reveses -y ha sufrido unos cuantos-, dar pena y buscar el cariño de sus compañeros. Debe sobreponerse. Y encontrar las razones para dar la cara y no dimitir.

Las razones son las siguientes:

Rectificar es de sabios. Criticamos mucho a los gobiernos cuando se empeñan en tomar medidas en contra de la opinión de la mayoría social de un país. En coherencia, hay que aplaudir las rectificaciones.

¿No decimos que los gobernantes tienen que escuchar a los gobernados? Pues eso es lo que ha hecho el Gobierno.

La retirada de la ley es buena también para Gallardón. Imagínese el ministro el escenario contrario. A siete meses de unas elecciones municipales. Más vale ponerse una vez colorado que ciento amarillo.

El ministro tiene suficiente talento político para ponerlo al servicio de la rectificación. Él sabe que muchos votantes del PP se han sentido molestos porque su Gobierno les haya obligado a hablar con sus hijos a la hora de comer de un tema del que no querían hablar. Impulsó una ley creyendo que era lo que quería la mayoría y se equivocó.

Y finaliza:

Pese a lo que pueda parecer por su empeño en defender una Ley del Aborto tan restrictiva, Gallardón es un político de horizontes más amplios. Nadie ha podido explicar a ciencia cierta por qué se metió en este lío, dando un vuelco a su hábitat político natural, que era el centrismo y la tolerancia. Ahora puede volver a su quicio. Podría aprovecharla.

 

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Autor

Roberto Marbán Bermejo

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y actualmente cursa el grado de Ciencias Políticas por la UNED, fichó en 2010 por Periodista Digital.

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