Este 2 de octubre de 2014, escribe Fernando Jáuregui en Europa Press una columna titulada ‘Proetarra y otras lindezas’ en la que arranca diciendo:
Llamar «proetarra» a alguien no atenta contra el honor del ofendido; es un acto de libertad de expresión. Al menos, para un Juzgado de Barcelona, que desestimó la demanda presentada por la ‘activista’ (así la llaman en los periódicos) Ada Colau contra la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes,
Añade que:
Yo creo que ‘proetarra’ es lo peor que te pueden llamar, trátese de Ada Colau, de Pablo Iglesias (también he escuchado que así le calificaban en un programa muy sesgado de una televisión) o de quienquiera.
Y concluye que:
Puede que vote -o, más probablemente, no- a Ada Colau o a Pablo Iglesias: lo que no me parece aceptable es que se les llame ‘proetarras’