Este 23 de octubre de 2014, escribe Maruja Torres en El Diario una columna titulada ‘Menudo fondo de armario’ en la que arranca diciendo:
Nunca había resultado tan aterrador como ahora el vértigo ante la pantalla en blanco, pues inevitablemente la comentarista, que no puede dejar a un lado los hechos consuetudinarios que acontecen en la rúa, va a tener que elegir entre mierdas para rellenar su espacio.
Añade que:
Un país en el que podamos respirar y ver la luz al final del WC, que yo con eso me conformaba: en el puto túnel, si lo limpiamos, puedo empezar de nuevo, entregada al honesto cultivo del champiñón.
Y concluye que:
Lo estáis viendo, no. Empiezo con la mierda y termino en las heces. Qué bonicas eran las palmeras del Nilo.