Este 27 de febrero de 2015, escribe Luis García Montero en El Diario una columna titulada ‘¡A la huelga!’ en la que arranca diciendo:
La noticia más importante de esta semana es la huelga de estudiantes convocada contra las políticas del Ministerio de Educación. La Universidad vive una situación de urgencia que es, desde luego, una urgencia social y democrática. Las autoridades han perdido el pudor y afirman que el modelo de Universidad pública española es insostenible.
Añade que:
Ante las elecciones próximas, el bipartidismo se olvida por unos meses de la deriva hacia la gran coalición, buscando rédito en su estrategia de siempre: la alianza en el insulto, la escenificación de unas diferencias más oficiales que reales. Pero uno tiene la sensación de que esa estrategia ya no afecta a una calle distanciada del Parlamento, dispuesta tal vez a creerse las acusaciones de unos contra otros (corrupción, mentiras, sectarismo), pero no las promesas y la sinceridad de sus propuestas.
Y concluye que:
Por eso creo que la noticia de la semana, con la triste realidad de un Parlamento separado de la calle y sometido a su propia farsa, es la huelga de los estudiantes que recogen hoy la antorcha de todos los que se movilizaron contra el Plan Bolonia y contra la voladura de la educación pública.