Este 5 de marzo de 2015, escribe Maruja Torres en El Diario una columna titulada ‘Lógica envenenada’ en la que arranca diciendo:
Uno de mis 200 médicos preferidos se ha empeñado en que elimine las penas morales tumbándome, cerrando los ojos en silencio y concentrándome en mi respiración, con las manitas puestas encima del diafragma. Dentro, fuera. Aspirar, exhalar. Dice que, si lo hago, veré cómo poco a poco la maltrecha embarcación de mis desconsuelos encontrará la corriente favorable que le permitirá escapar de la tormenta.
Añade que:
En nuestros terruños, los Reyes Magos arrojan caramelos, y la Guardia Civil tiene material antidisturbios para mantener la integridad de nuestras fronteras. Y no se hable más.
Y concluye que:
Qué va: era una estrategia deliberada y aviesa, buscaban ofrecer mejor blanco, ser alcanzados por la balacera, y jodernos. Dentro, fuera. Aspirar, exhalar. Reprimir, expulsar. A veces, matar. Ah, si no hubiéramos empezado por aceptar los caramelos.