Este 26 de marzo de 2015, escribe Fernando Jáuregui en Europa Press una columna titulada ‘El dedo’ en la que arranca diciendo:
Con desparpajo inigualable, Esperanza Aguirre ha puesto el dedo en la llaga. Y nunca mejor dicho, porque ha hablado del ‘dedazo’ que colocó al candidato andaluz, ‘Juanma’ Moreno, en el lugar del tiroteo. Como si su designación como candidata a la alcaldía de Madrid por el PP no se debiese a un ‘dedazo’, al mismo dedo que designó a Moreno y a todos los que aspiran a ser algo en el partido gobernante.
Añade que:
Cometería un serio error Mariano Rajoy creyendo que el silencio de los corderos implica paz interna. Una cosa es lo que no se dice en los comités ejecutivos y otra lo que cualquier periodista escucha en el secreto de confesión de una caña compartida con un diputado, con un responsable regional.
Y concluye que:
Falta mucho por confirmar, más aún por consolidar en el cambiante mapa partidario de España. Pero sí sé que ha llegado el momento de una reflexión abierta, inteligente, realista y generosa. Que no, que las cosas ya no son como eran, que los ciudadanos cada vez se chupan meno… el dedo.