Este 26 de marzo de 2015, escribe Lluis Bassets en El País una columna titulada ‘Luto y esperanza’ en la que arranca diciendo:
Esta es una tragedia toda entera europea. Europeo era el aparato siniestrado, el Airbus 320, una joya de la navegación aérea comercial que empezó a fabricar en 1984 la compañía EADS, firma aeronáutica y de armamento de capital francés, alemán y español.
Añade que:
No es una tragedia meramente europea por la geografía y la nacionalidad de las víctimas y de las compañías. Lo es también por el tejido profundamente europeo de relaciones que hiere y desgarra este golpe terrible de un azar cuyas causas hay que desentrañar y de las que hay que aprender.
Y concluye que:
Por una vez vemos que las solidaridades son más fuertes que los intereses particularistas o los narcisismos de las diferencias menudas o inventadas. Europa funciona y existe mucho más de lo que solemos creer quienes quisiéramos que existiera todavía más.