Este 26 de marzo de 2015, escribe Pablo Planas en Libertad Digital una columna titulada ‘Catástrofe aéreas y comités de crisis’ en la que arranca diciendo:
La primera rección de las autoridades españolas al enterarse de la catástrofe del avión de Germanwings fue habilitar un comité gubernamental de crisis en Madrid y otro, en colaboración con consejeros de la Generalidad, en Barcelona. Está en todos los manuales de comunicación política.
Añade que:
El hallazgo de una de las cajas negras del aparato no garantiza que se vaya a conocer qué pasó en cuestión de horas. Los investigadores franceses afirman que necesitarán días para analizar las voces y los registros de la caja. Mientras, continúa el reconocimiento del abrupto paraje donde yacen esparcidos cientos de cuerpos y desperdigados los restos del avión.
Y concluye que:
Entre tanto, Hollande, Merkel y Rajoy, acompañado por Artur Mas, expresan sus condolencias, se juramentan para resolver el misterio y despliegan una actividad frenética que consiste en estar al frente de gabinetes de crisis y comités de emergencia de cuya verdadera utilidad, más allá de la política, tampoco se sabe gran cosa por el momento.