Este 1 de abril de 2015, escribe Luis María Anson en El Imparcial una columna titulada ‘El PP, al borde de la catástrofe’ en la que arranca diciendo:
Si Rajoy relega a Pedro Arriola, hombre muy seguro en sus errores; si se lanza decididamente al ruedo ibérico; si moviliza a la plana mayor del partido; si deja de envanecerse con inciensos y botafumeiros, todavía está a tiempo de contener la catástrofe que las encuestas anuncian para dentro de dos meses.
Añade que:
Pero no solo de economía vive el hombre. Y la política de Rajoy apenas ha existido. El órdago secesionista catalán no ha encontrado la respuesta que debió darse desde Moncloa. La pasividad ante las maniobras de Arturo Mas y Oriol Junqueras ha indignado a una buena parte de los votantes de base del Partido Popular y ha causado estupefacción en el ciudadano medio.
Y concluye que:
Los votantes del PP, al menos una parte considerable de ellos, no pierden la esperanza de que su presidente reaccione con viveza y evite la catástrofe del 24 de mayo. El Partido Popular pisa ya los bordes del precipicio.