Titula Julia navarro su columna este 9 de octubre de 2015 «Caras nuevas» y escribe sobre la inaplacable renovación en la política española:
No hay día que el PP no consiga «colarse» en los titulares de los medios de comunicación. Por ejemplo el mismísimo Mariano Rajoy ha sorprendido a propios y extraños admitiendo que en estos años no ha sido diligente en la lucha contra la corrupción. En su descargo, añaden sus leales, al presidente lo que le preocupaba y ocupaba era la crisis económica que tenía a España a borde del K.O.
No, no le va a ser fácil al PP abordar la campaña electoral porque muchos ciudadanos están más que enfadados precisamente por la corrupción pero también por las decisiones adoptadas para luchar contra la crisis que dejaron a muchas personas en la cuneta. Y por si fuera poco ahí está Aznar. El ex presidente, con sus declaraciones y comunicados, apunta a dar a su partido. Y es que una cosa es una critica moderada pero lo que viene haciendo Aznar es dar en la línea de flotación al PP pero sobre todo a su elegido, Mariano Rajoy.
No digo que Aznar no pueda y deba decir lo que le de la gana, pero si tan disgustado está con como lo hace su partido quizá sería más leal que se reuniera con Rajoy, con Cospedal, con quién le de la gana y les refiera su opinión sobre lo que se esta haciendo mal.
Y ya puestos, cuentan que en el PP algunos de sus dirigentes le están pidiendo a Mariano Rajoy que renueve las listas electorales, es decir que mueva el banquillo para rejuvenecerlo.
Es verdad que Rajoy ha colocado en primera fila como portavoces a algunos dirigentes más jóvenes, pero aún así, el PP no se ha logrado quitar un cierto aroma a rancio. Y no se trata tanto de la edad, sino de dirigentes que están abrasados y que su sola presencia provoca recelos en los ciudadanos.
En realidad la pregunta es si no le ha llegado la hora al PP de renovar también su liderazgo, es decir de que Mariano Rajoy de un paso atrás, puesto que es un político con muchos trienios a su espalda frente a las «caras nuevas», ya saben, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias, incluso Alberto Garzón.
Claro es difícil que en vísperas de las elecciones un partido cambie de la mañana a la noche a su líder. En realidad ya no hay tiempo de ahí que lo único que puede hacer Rajoy es buscar «caras nuevas» para las listas electorales.
Vaya por delante que a mi me repatea el «adanismo», es decir no creo que el valor de un político esté en la edad, pero sí creo que el PP necesita renovarse, aunque esas «caras nuevas» sean las de personas de cierta edad. Es decir no se trata de las fechas de nacimiento a la hora de buscar la renovación sino de buscar personas que tengan prestigio y credibilidad y que no estén abrasadas por la acción política.
Quienes le conocen aseguran que Mariano Rajoy es leal a sus amigos, a sus colaboradores, a todos aquellos que le vienen acompañando a lo largo de los años en el quehacer político. Y eso le honra pero no debería de ser un inconveniente para que aborde esa renovación que le están reclamando no solo algunos de sus «barones» sino la sociedad española.
