Cayetano González

Ciudadanos y en menos medida Podemos son los causantes de la defunción del bipartidismo

Ciudadanos y en menos medida Podemos son los causantes de la defunción del bipartidismo
Cayetano González. PD

El resultado de las elecciones generales del próximo día 20 está más abierto que nunca, si hacemos caso a las numerosas encuestas publicadas en los últimos días. Todas coinciden en algo que de por sí es una auténtica novedad en nuestra joven democracia: el bipartidismo PP-PSOE se ha acabado.

La fuerte irrupción de Ciudadanos y la también presencia, aunque con menos fuste de lo que decían las encuestas hace unos meses, de Podemos, son los causantes de esa defunción anunciada del bipartidismo.

A partir de ahí todo son incógnitas, todas importantes, que no se despejarás de forma fehaciente, hasta que a partir de las ocho de la tarde del domingo día 20 se cierren las urnas y se empiecen a contar los votos.

No será lo mismo que el PP, al que la mayoría de las encuestas le dan como la fuerza más votada, tenga 110 escaños que 140; con la primera cifra, tendrá muy complicado por no decir imposible formar gobierno; con la segunda, sólo lo podrá hacer con el apoyo de Ciudadanos. Y el partido de Rivera pensará, con razón, que no han llegado hasta aquí para apuntalar al PP en el poder y menos a Rajoy.

En cuanto al PSOE, si queda, como predicen las encuestas, por debajo del resultado cosechado hace cuatro años -110 escaños- será una catástrofe y si además Ciudadanos les supera, eso supondrá la muerte política la misma noche electoral del actual secretario general, Pedro Sánchez y su recambio por la lideresa andaluza, Susana Díaz.

Por lo que se refiere a Podemos, sus expectativas electorales -hace un año algunas encuestas le daban segunda o incluso primera fuerza política- se han desinflado, pero en cualquier caso, lograr en torno al 15% de los votos y unos 40 diputados sería objetivamente un éxito para una formación política tan joven como la que lidera Pablo Iglesias.

Con este panorama electoral tan incierto y con, según los expertos, en torno a un 20% de indecisos, la campaña electoral que comenzará oficialmente este viernes será más decisiva que nunca.

Y tengo para mí, que los diversos debates previstos entre los candidatos a la Presidencia del Gobierno lo serán por partida doble. El candidato del PP, Mariano Rajoy, ha decidido no acudir a ningún debate «a cuatro», es decir, con Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias.

Y sólo ha admitido un cara a cara con el líder del PSOE. Craso error del candidato popular, porque los ciudadanos quieren que se debata, que se confronten ideas y propuestas. Rajoy ha apostado por arriesgar lo menos posible y eso, que puede ser entendible desde el punto de vista de su estrategia electoral, no lo es para la ciudadanía en un momento en que los modos y las maneras de hacer política han cambiado de forma acelerada. Y quien se quede fuera de ese cambio, puede que se quede también fuera del poder. Lo sabremos el 20-D.

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