El columnista de El Mundo desvela el pensamiento monclovita respecto al del PSOE y el de Ciudadanos

La bestial confesión de Moncloa a Del Pozo: «Sánchez y Rivera van de culo»

"La vicepresidenta y algunos ministros se han ido de puente tan tranquilos"

«Pedro Sánchez y Albert Rivera van de culo». Raúl del Pozo vuelve a contar este 25 de julio de 2016 en su contraportada de El Mundo una serie de conversaciones ciertamente delicadas que le confiesan desde el palacio de La Moncloa.

Arranca así:

En el puente del Apóstol Santiago hay millones de desplazamientos. Mi barrio parece evacuado; sólo bullen los pájaros. Las salamandras se han hecho dueñas de las paredes. Las palomas turcas, sedentarias, domésticas, urbanas, de color beige con collar de plumas negro, se posan en las antenas de televisión.

En el puente de Santiago hay una extraña e inesperada tranquilidad. «¿Y te inquieta esa tranquilidad?», me preguntan los escribas de La Moncloa. «No, pero yo veo que Pedro y Albert siguen enrocados. No quieren hacer Gobierno sino echar a Rajoy». «Pues van de culo -contestan- porque Rajoy no se va a ir. Él subió y ellos bajaron. Ellos tienen problemas en sus partidos y el PP es una piña. Lo que pasa es que hay menos teatralidad que después de diciembre. Es posible que se llegue a acuerdos. Y si no se llegara: terceras elecciones». Así será, pero yo observo que los que mandan en el Estado están tan sosegados como si hubieran leído De la tranquilidad del ánimo de Séneca, preceptor de emperadores, donde el estoico ofrece remedios para vivir sin zozobra. Convence a los gobernantes y a los ciudadanos de que dejen de pensar que su época es más corrupta, vil o estúpida que las anteriores.

Precisa que:

Mariano Rajoy dice que hay que resolverlo todo a primeros de agosto para irse de vacaciones. La vicepresidenta y algunos ministros se han ido de puente tan tranquilos. «¿Por qué están tan tranquilos? ¿Guardan cartas en la manga?», se pregunta un veterano cronista parlamentario. Los ex presidentes ya no las pían y eso que no se sabe si va a haber investidura en agosto o elecciones en noviembre. De la teatralidad hemos pasado al autismo institucional, a una inexplicable superación de la angustia. Mariano Rajoy no se someterá a la investidura sin apoyos. Los que tienen que apoyarle -Pedro y Rivera- no quieren investirlo, sino acabar con él. No llevan puñales en las manos, sino en las palabras. Albert Rivera no aceptaría ni una Vicepresidencia. El secretario general del PSOE se declara, silenciosamente, en rebeldía frente a los barones, ex ministros y ex presidentes. «Pedro es un tío muy rocoso. El 26 de junio no luchó por ganar, sino para que no ganáramos nosotros. Y ahora no quiere dejarnos el ‘no’ de la oposición», me explica un dirigente de Podemos. Éstos ya no ven posible un Gobierno de izquierdas, aunque Alberto Garzón insiste en que hay que explorar todas las posibilidades de un Gobierno alternativo al del PP.

Y sentencia:

Yo sigo mirando a las palomas y me pregunto si hay estado de calma o un amodorramiento de los guardianes del Estado. En el PP, el trato de la dirección con los separatistas -que ahora vuelven a ser llamados nacionalistas- se ve como el pacto de Fausto con Mefistófeles. «Una desvergüenza», ha dicho Bono. «El desprestigio se acentúa. Algunos políticos no son dignos de representar a los españoles». Y un ex ministro de Aznar comenta: «Si después de los pactos con Convergència hubiera terceras elecciones, el castigo al PP sería espantoso».

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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