No la moabita Ruth
sino la hispana Ruth Beitia;
no una rusa o una nipona
sino Belmonte Mireia,
y también Lidia valiente
y también la Calvo Eva
y también Sandra Aguilar
y también la López Elsa
con la Lourdes Mohedano
y la Alejandra Quereda
y Carolina Marín,
la más fuerte en la pelea…
son las grandes triunfadoras,
son las reinas de las Fiestas
Olímpicas de Brasil
con medalla en la pechera,
a las que habrá que añadir
un largo etcétera, etcétera,
por sus composturas gráciles
y su apostura y estética,
nadando a brazo partido,
navegando con destreza,
derribando a la oponente
-si os va mejor, oponenta-
y ganando por sí mismas
las oposiciones puestas
por los jueces oficiales
estando contra las cuerdas
al poner cabeza y tacto,
ritmo sutil y paciencia
en el intento de ser
por supuesto las primeras.
Estas mujeres de infarto
oro, plata y bronce llevan
hasta la Olimpiada mítica,
robótica y japonesa
que tendrá lugar en Tokio
tras cuatro años de espera.
Dejémoslas prepararse
para esa próxima entrega.
¡Gloria, gloria, mientras tanto,
a las titanas guerreras!
Y que quede fijo al fin
que lucen como bandera
la española, la española
gualda y roja, que es como era.
