Hasta aquí nos han traído los vencidos y sobre todo el más vencido de todos, Pedro Sanchez, al que sus valedores millonarios han sacado tras la derrota del escenario en volandas, de volar a California a Sausalito y San Francisco, su Disney particular.
Once semanas de vacaciones para un político que tiene en sus manos el futuro de España no está nada mal. Claro que después de tener al pueblo un año pendiente de sus caprichos narcisistas y el empeño propio y de sus valedores por hacerse con el gobierno de este pais, tampoco es mucho.
Cuando por fin lograron despegarle del asiento no se levantó normal. Salió catapultado y fue recogido por unos hombres de negro que lo metieron en un coche y lo llevaron al aeropuerto.
Como el PSOE no está por un gobierno de concentración PP-PSOE-Ciudadanos, que es lo que necesita España frente a separatistas, podemitas y todos los retrógrados que quieren caminar hacia detrás, lo mejor para clarificar esto, siquiera un poco, seria que de perdidos nos tiráramos al rio de las terceras elecciones.
De lo contrario el Gobierno del Pp será permanentemente bloqueado por los opositores, sin sentido del estado, para justificar únicamente su razón de ser y susbsistir en el negocio.
En cualquier caso individuos como Iceta o Idoya Mendia que por estar en el alambre tanto ruido meten y son los que más impedimentos ponen en realidad sólo han logrado recoger el voto de cuatro fieles en sus territorios, los justos para recoger en el taxi que les lleve al Comité federal a Margarita Robles y a Pedro Sanchez.
Algunos líderes del PSOE, responsable in eligendo e in vigilando del tiempo perdido declaran como Joan Lerma declaran que todavia tienen que decidir, despues de todo este tiempo, lo que más le conviene a España, sin reconocer aún al ganador, como sucede en las elecciones de los países tercermundistas.
Pedro Sanchez nos ha robado un año, y en lugar de perderse en un bosque, tiene la cara dura y la catadura de hablar ahora en las redes sociales del fundador Pablo Iglesias y de no se sabe qué izquierda que no cree en la democracia de reconocer al ganador, como Llamazares y otros personajes que con ese rollo llevan cuarenta años viviendo del cuento.
No falla. Siempre tiraniza el más débil. Basta mirar la historia del siglo XX. Pero el caso es que el débil no cesa en su empeño y quien ha destruido el partido dejando dentro a Margarita Robles, politizando la justicia de este pais, coge fuerzas para volver con toda su cara y su proverbial contumacia más la venganza, al escenario del precipicio donde después de un año nos dejó y desde el que saltó en paracaídas.
