Santiago López Castillo

Más sobre la demagogia de los refugiados

Más sobre la demagogia de los refugiados
Santiago López Castillo. PD

Esto no es ser xenófobo ni racista ni cristo que lo fundó. Europa no puede permitirse el lujo de albergar todo un continente como el africano. Nos hablan de la guerra, azote de la humanidad desde que los hombres fueron hombres o lo que seriasen. Posiblemente, Europa no hizo bien la descolonización pero puso huchas para las misiones, aquellos negritos de china y aquellos chinitos de China amurallada. Los organismos internacionales han procurado contribuir a la hambruna de la negritud y no es fácil saciarla porque tienen más televisores que alimentos y ven el consumismo occidental como un deseo irrefrenable.

No. Esto no es demagogia. Al amparo de la guerra, nos llegan por tierra, mar y aire estos parias del destino. Y usted, que soy yo, se pregunta: ¿qué hacen los países ricos del continente africano por sacarlos de la desesperación? Forrarse los capitostes, que no todo va a ser Gürtel en que se empecina la progresía cutre española y no quiere ver más allá de sus narices. ¿Qué hace Dubai, Sudan, Costa de Marfil, Guinea Ecuatorial…? Veranear en Puerto de Banús y poner sus pieles morenas al sol y a remojar. Mismamente, pellejos.

Encima de darles cobijo, mantas y alimentos y puestos de trabajo, los emigrantes hacen motines, ¡libertad!, alentados por esas dos alcaldesas de Madrid y Barcelona, a cual más zafia, que consideran a los vecinos que rigen súbditos paganinis para después ellas dar sueldazos a sus familiares y correligionarios. Estos emigrantes, que entrecomillo «refugiados», no se conforman con poner el pie en tierra firme (otros, los pobres, bien es cierto, se los traga el mar, como una ola) sino que exigen y se amotinan y amenazan encima a los que les acogen, sin pararse a pensar que en buena lid deberían respetar a los que les ayudan. Pero van y recurren a esas onegés, algunas mafiosas, trinque por el trinque, y montan un pitote a la Guardia Civil tanto en Ceuta como en Melilla, que custodios de nuestra frontera son enjuiciados y prácticamente mandados al ostracismo por los siglos de los siglos.

Lo están comprobando Gran Bretaña y Francia en el estrecho de Calais. Pero España, después de conquistar América, fue la primera nación en albergar pateras, al grito de aquel loco ministro socialista: «¡Papeles para todos!» Pasen y vean. Pues ya lo vemos todos. Son jóvenes, enfundados en chandals de marca, que prefieren salir de najas de su país antes que defenderla.

Perdóneme. Pero esto es una trapisonda. Estoy harto de ver a muchos de esos que se autodenominan progres dar una patada en los cojones a los rumanos que limpian los parabrisas de los coches y venden limpia-mocos para el nene y la nena. ¿Y no sería mejor que la Carmena o la Colau se llevaran a los indigentes foráneos a sus respectivas fincas? La demagogia y el populismo nunca tocan suelo.

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