Jesús Millán Muñoz

La idea de Europa y la caída de Roma

La idea de Europa y la caída de Roma
La Caída del Imperio Romano. AL

Por muchas contradicciones e injusticias y limitaciones que hubiese en la Roma y el imperio antiguo romano, el sistema a y en casi todos los sentidos era mejor, que lo que se impuso después, por los pueblos que invadieron y conquistaron, de muchas formas y maneras, parte del territorio del Imperio Occidental Romano.

Al menos durante siglos, en esta zona hubo situaciones de nuevo encaje y nueva redefinición, que sin exagerar tardaron siglos hasta llegar a una síntesis medianamente aceptable, por consecuencia las invasiones trajo más sufrimientos e injusticias que en el Imperio Romano, ciertamente debido a factores internos y externos.

1. Hoy, en Europa, parece, que hay colectivos, grupos, ideologías, en su interior y en su exterior, o que no son conscientes, lo que nos jugamos si la idea de Europa se destroza, o quieren que Europa no avance y progrese y evolucione y se construya según su evolución interior, según sus grandes principios morales y éticos y sociales y políticos, etc. Por consecuencia, analizaremos algunos aspectos de los tantos existentes:

– El mundo se ha globalizado e internacionalizado. Por lo cual, si Europa quiere perdurar y los grandes valores que son sus principios, sigan evolucionando y progresando, Europa se debe constituir como Estado, un Único Estado, suponemos que federal, lo antes posible. Si construye esta realización demasiado tarde quizás ya sea demasiado tarde. Porque ya en el mundo existen, Estados de mil millones de personas.

– Europa en el conjunto del mundo, es una parte reducida de población. Por lo cual, su presencia, es menor, en este sentido. Razón esencial para intentar la unidad, para poder fijar un punto de vista europeo de los problemas internacionales, y para la defensa de Europa, defensa en todos los sentidos: cultural, ideológica, filosófica, económica, social, política, etc.

– La segregación de Estados de Europa, ya instituidos desde hace siglos, dividir Estados de Europa, para ir entrando en esa Federación Europea, hace que la Unión sea más difícil, de lo ya difícil que resulta: diferentes lenguas, alfabetos, religiones, ideologías, etc. El encaje se hace más complicado, como es obvio y evidente que se percibe claramente en estos meses y años.

– El destino de la Europa Central y de Rusia no es la competencia o la divergencia o la confrontación, sino que Rusia, tendría que formar parte de la Unión Europea, ciertamente, en libertad, si el pueblo y las elites rusas lo desean. Pero Rusia es Europa. Por lo cual, las confrontaciones y enfrentamientos entre Rusia y Europa actuales deben ser superadas necesaria e irremisiblemente. Ya en Europa se ha vertido demasiada sangre durante siglos y siglos, ya es hora, de crear un Único Estado Europeo, desde los Urales a Lisboa, desde Vladivostok a Finisterre, desde el polo Norte a las orillas del Mediterráneo y las fronteras actuales rusas del sur. Eso sí, en paz, de mutuo acuerdo, en tolerancia, en armonía y porque así libremente se desea, bajo el mandato de los derechos humanos, la democracia, etc.

– En tiempos de crisis ideológica, morales-éticas, económica, social, espiritual-religiosa como el mundo está pasando, épocas de enormes cambios, la tentación, es tomar posturas radicales, sean radicales hacia un lado o hacia otro, de un signo o de otro, según en qué países o zonas o regiones de Europa. Pero en tiempos de crisis, la solución no es la radicalización, sino la prudencia, el sentido común, aplicar el saber ortodoxo. Los pueblos en su desesperación adoptan posturas radicales, sean de un color o de otro, y ya hemos visto en el pasado las consecuencias de ello. O también, por el contrario el tradicionalismo más radical. El otro extremo…

– Europa, es hoy por hoy, la tierra dónde existen más derechos y libertades, otorgados a toda persona, a nivel teórico y práctico, más derechos sociales, más valor a la dignidad humana, basados en varios principios, que son casi sagrados, la democracia y, la evolución teórica y práctica de dicho conjunto de principios, como la dignidad de la persona y los derechos humanos y su evolución y progreso, la separación entre religión y Estado, de forma moderada, la igualdad esencial entre el hombre y la mujer, la libertad de conciencia-pensamiento-expresión, etc.

Demasiadas personas-grupos-colectivos-ideologías, que viven y están dentro de Europa, que han nacido en ella, o que han venido de otros lugares, no son conscientes, que los grandes principios, tienen que ser cuidados por todos. Que pueden tener limitaciones, errores, deficiencias de aplicación o de teorización, pero que Europa, hoy por hoy, es, sin caer en etnocentrismos, el continente o el territorio que más derechos y libertades teóricas y prácticas permiten a toda persona, que esté dentro de su seno. Habría que ser agradecidos con Europa, tanto los que somos y estamos aquí desde hace siglos, como los que han venido a estas tierras, hace una o dos o tres generaciones.

– Europa en su constitución más esencial, permite grados enormes de libertad, de libertad de pensamiento y de conciencia y de expresión, permite la evolución y el progreso, pero debe ser en paz, en tolerancia, de mutuo acuerdo. Europa permite y exige la libertad de conciencia, de pensamiento, de investigación a y en todos los temas, tanto de un tipo como de otro. Este es o sería uno de los valores esenciales. No hay nada que no deba ser juzgado y analizado con la mente humana, eso sí, con respeto y prudencia, pero nada puede quedar fuera de la conciencia-pensamiento-razón humano. Y esa libertad de conciencia-pensamiento-expresión, es la base de la libertad de investigación según la gran amplitud de la ley, la libertad de cultos y religión, la libertad ideológica y filosófica, en una enorme extensión, según la ley.

– Imaginemos que los seres humanos se han otorgado cien derechos o cien grandes libertades. En unos lugares, se han otorgado y se les permite setenta, en otras, cincuenta, en otras sesenta. En otras se permite teóricamente setenta pero en la práctica solo cincuenta.

Debemos admitir, que en Europa de esos cien derechos o libertades, o grandes libertades, sin contar las pequeñas que se derivan de esos cien derechos y cien grandes libertades, en Europa, por ley, teóricamente están aprobadas noventa y nueve, y en la práctica se permiten, en un grado de práctica muy amplio, quizás noventa y cinco…

Sucede que por uno o dos derechos-libertades que en Europa, no gusten a una ideología o sistema o cultura o mentalidad, por esa supuesta deficiencia, no hay que cambiarla o perfeccionarla o hacerla progresar, sino que para muchos quieren destrozar todo el sistema, el resto de los noventa y pico derechos-libertades esenciales. Es decir, por cinco cosas o realidades que no les gusta, quieren destruir y destrozar todo el sistema, por una o cinco injusticias-errores-deficiencias-limitaciones, sean reales o imaginarios o posibles, no quieren que estos rectifiquen, sino que quieren cambiar todo el sistema. Y este es el drama de Europa, igual que de alguna manera sucedió en la antigua Roma.

– Es triste-dramático-trágico que existan individuos-grupos-colectivos-ideologías que tengan tanto odio-inquina-rencor-maledicencia contra Europa o contra Occidente, cuándo si no fuese por los adelantos técnicos, científicos, médicos que Europa y Occidente ha realizado estos tres últimos siglos, posiblemente él o su abuela o su bisabuela habrían muerto de alguna enfermedad.

Además de olvidar el derecho de hospitalidad sacrosanto en el mundo semítico, el deber del huésped con el que le ha acogido, sea en mayor grado o en menor.

2. Puede que Europa, tenga muchos defectos y limitaciones y errores y deficiencias, pero si cae Europa, quizás la supervivencia de la especie humana en el mundo, se vea más cercana, y repito y reitero, porque estamos hablando de la especie humana. Puede que la Roma antigua pudiese tener muchos defectos, pero lo que la sustituyó fue mucho peor que lo sustituido, y eso durante muchos siglos.

Puede que Europa tenga muchos defectos, pero si se produce una Segunda Caída de Roma, las consecuencias para los europeos, puede ser catastrófica, caída que no se va a producir de inmediato, pero que si se puede materializarse y cristalizarse, poco a poco, en una decadencia y declive constante y progresivo. Por consecuencia, depende de la actual Europa, de los actuales europeos que sean conscientes al juego que están jugando y a la partida que están realizando. La gran pregunta, es si lo son, la gran pregunta, si al menos, lo serán próximamente…

(Este artículo se redactó hace casi cuatro meses, creo que a la luz de los acontecimientos de ayer y de estas semanas últimas es absolutamente pertinente su publicación y su reflexión y su meditación y su análisis de parte de unos y de otros).

 © jmm caminero

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