La manifestación de Barcelona, en la que lo único que faltó fue una paliza a Rajoy y compañía, es un adelanto de lo que viene el 1-O
Es predicar en el desierto porque, como dice el refrán, ‘al burro hay que darle el pienso que le gusta’ y a los pollinos de nuestras masivas audiencias lo que les encanta son eslóganes mentirosos como ‘no tenemos miedo‘ y palabras huecas como ‘diálogo’ o ‘unidad‘.
Está muy bien que, ante amenazas como el terrorismo, cerremos filas. Lo ideal es estar juntos, pero la unidad por si sola no resuelve nada ni ahuyenta peligro alguno.
Hay que tener un objetivo y dar los pasos para alcanzarlo ( Un profesor de Filosofía pone patas arriba Facebook con un post sobre el Islam ).
Rajoy está obligado a extremar la prudencia y sonar más conciliador que nadie, pero me hubiera gustado escucharle que el Gobierno adoptará de inmediato medidas para que un iman vinculado al 11M y condenado por tráfico de drogas, no pueda seguir predicando el odio en España, aunque se entrometa un juez con pocas luces (Alfonso Ussía sacude la del pulpo a los musulmanes en España y a los progres que los comprenden).
Y que el inmigrante que en lugar de ganarse la vida dignamente, se dedique a delinquir, será puesto ‘ipso facto‘ en la frontera. O que a partir de ahora, además de la discreta vigilancia de CNI, Guardia Civil y Policía, se exigirá la transcripción de los sermones de todas las mezquitas.
Suena bonito que el Islam no tiene nada que ver con las atrocidades, aunque se perpetren al grito de ‘Alá es grande‘, organizadas por un clérigo mahometano y por tipos que sólo leen el Corán, pero nadie con dos dedos de frente puede tragarse que ni uno sólo de los parientes, amigos, vecinos y hermanos de fe de los criminales sospechara.
El «espontaneo» que saca la pancarta «pacifista» tras el rey es D. Minoves, que organizó con Rufián el acto de acogida a Otegi. #NoTincPor pic.twitter.com/pCSK2KDBD1
— Jesús de la cruz (@jesusdelacruzol) 26 de agosto de 2017
No era un ‘lobo solitario‘, sino una manada de doce, recorrían casi idianamente los 300 kilómetros que separan Ripoll de Alcanar, reunieron ilegalmente 130 bombonas cuando lograr una sin entregar la usada es casi misión imposible para el ciudadano decente y conspiraron seis meses. ¿Y no se mosqueó ni la madre que los parió?
Además de ‘unidad para qué‘, hay que aclarar ‘con quién‘. La manifestación de este 26 de agosto de 2017 fue una miserable encerrona separatista y por lo que estuvo marcada, en contra de lo que intentaban difundir Gundín y los memos de RTVE, fue por las pancartas contra España y las sonoras pitadas al presidente Rajoy y al Rey, a quien metieron en medio de dos adolescentes musulmanas ( Esta foto del rey Felipe VI es un grave error).
Entre los carteles, el más reproducido en los medios internacionales fue el enorme, alusivo a la relación del monarca español con los jeques saudíes, que rezaba en catalán: «Felipe, quien quiere la paz no trafica con armas».
Su portador: el ‘pacifista‘ Daniel Minoves. Se trata del independentista de ERC que en mayo de 2016 recibió calurosamente a Arnaldo Otegi en Barcelona (Vea a esta pacífica separatista destrozar carteles de «justicia y paz» por estar en castellano).
¿Unidad con el miserable Minoves? ¿Con el diputado de la CUP David Fernández alias ‘Sandalio‘, conocido como el «chófer de ETA» porque durante años fue enlace de Herri Batasuna en Cataluña y cuando venían el etarra Otegi y compinches era quien les llevaba en coche?
¿Eran de otra pasta los 21 asesinados por ETA en Hipercor que los 15 de La Rambla y Cambrils? ¿Y se puede ir de la mano con quien apoya, respalda y ensalza a los matarifes de 1987?
Mucho más cerca del Rey, Rajoy o Rivera que ‘Sandalio‘ marcharon ayer otros que además de estar en el Pacto Antiterrorista, nos culpan con descaro del horror y justifican las bestialidades.
Se que lo sabes Mariano, pero hay con gente con la que no se puede ir ni a recoger billetes de 50 euros.
ALFONSO ROJO
