Cuenta atrás para el 1-O

Si Cataluña fuera Texas y ‘The New York Times’ coherente

Un proceso en directo de ruptura constitucional auspiciado por un independentismo que, además de saltarse la ley y las resoluciones de los tribunales de Justicia, está instando a la desobediencia civil

Si Cataluña fuera Texas y 'The New York Times' coherente

Pero como Cataluña no es Texas, España no es Estados Unidos y el editorialista de «The New York Times» es un jeta, la receta que nos recomienda aplicar aquí es la contraria a la que aplicaría allí

Como Estados Unidos «lleva abusando de Texas durante cien años» y Texas «es una nación que da mucho más de lo que recibe», el Texas Nationalist Movement quiere «separarse de los Estados Unidos de América y crear su propio gobierno independiente».

Cada cierto tiempo presentan ante la Casa Blanca miles de firmas (125.000 en 2013) exigiendo su derecho a convocar un referéndum y, cada cierto tiempo, la Casa Blanca responde de la misma y sucinta manera:

«A la vista de la ley natural y de la Constitución, la unión de los Estados es perpetua».

Y a freír puñetas.

Hace 150 años que el Tribunal Supremo de EEUU cerró la puerta a cualquier intento de romper las reglas:

«Valoramos el sano debate político, pero no permitiremos que ese debate nos divida».

Por mucho que el Texas Nationalist Movement siga dando la tabarra y apelando al derecho de autodeterminación de los pueblos, nadie en Estados Unidos ha planteado la posibilidad de reformar la Constitución para adaptarla a las exigencias de los independentistas texanos, que si se saltaran la ley y convocaran un referéndum ilegal, esa misma noche dormirían en la cárcel sin que temblaran lo más mínimo los cimientos del Estado.

Pero como Cataluña no es Texas y España no es Estados Unidos, la solución nos la ha dado el «The New York Times»: lo mejor -ha dicho- sería que España permitiera celebrar el referéndum en Cataluña.

Si en Texas estuviera pasando la mitad de lo que está pasando en Cataluña -un proceso en directo de ruptura constitucional auspiciado por un independentismo que, además de saltarse la ley y las resoluciones de los tribunales de Justicia, está instando a la desobediencia civil-, el editorialista de «The New York Times» escribiría lo mismo que yo.

O sea, apelaría a la Constitución y al empleo de los instrumentos del Estado de Derecho para hacer frente al desafío.

Pero como Cataluña no es Texas, España no es Estados Unidos y el editorialista de «The New York Times» es un jeta, la receta que nos recomienda aplicar aquí es la contraria a la que aplicaría allí. Y con un argumento inapelable:

«En Texas no puede ser porque la unidad de EEUU es indestructible».

Caramba con el periodismo de calidad.

Javier Nart: "A todos estos no los vi nunca luchando contra Franco"

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído