El golpe de Estado empieza hoy en Cataluña

Si el mando supremo de los Mossos no duerme esta noche en la cárcel el golpe habrá triunfado

Si el mando supremo de los Mossos no duerme esta noche en la cárcel el golpe habrá triunfado
Un agente de la Guardia Civil escucha improperios de un Mosso partidario del referéndum ilegal del 1-O. CT

Este 1 de octubre de 2017 no sucedió nada. Sólo escena. No fue un golpe de Estado: no hay golpes de Estado sin que las armas aúpen un poder institucional nuevo. No fue un golpe de Estado, lo actuado.

Fue su representación teatral: paso de danza, juego de salón. El golpe de Estado empieza hoy. Sabremos si ha triunfado o no muy deprisa. No hay «proporcionalidad» frente a un golpe de Estado: o es vencido o vence.

Si el mando supremo de los Mossos, que incurrió en rebelión armada el domingo, no duerme esta noche en la cárcel el golpe habrá triunfado. Si la autoridad regional de Cataluña, que planificó la violación de la ley y que llamó a la sedición, no duerme esta noche en la cárcel el golpe de Estado habrá triunfado.

Si el responsable de las finanzas regionales, que robó dinero público para financiar la secesión, no duerme esta noche en la cárcel el golpe de Estado habrá triunfado.

Si el Gobierno de la nación no abandona su pasivo actuar sólo a la contra, el golpe de Estado habrá alcanzado todos sus objetivos: contra un golpe de Estado no cabe agazaparse a la defensiva; o el Estado toma la iniciativa o no hay Estado; y entonces mejor rendirse cuanto antes.

Si hay Estado, ninguna de las autoridades que incurrieron ayer en algo que tiempos menos eufemísticos llamaban «alta traición» puede dormir esta noche en su domicilio.

A eso se reduce todo. ¿Va a pasar el golpe de Estado catalán de la esgrima festiva de ayer al combate serio que empieza hoy? Nadie puede fingir sorpresa ante lo sucedido.

Todos sabíamos, desde 2014 por lo menos, que los jerarcas de la CUP y el PdCat iban a poner sobre las tablas la charada que serviría de prólogo a la secesión; todos sabíamos, desde 2014 por lo menos, que la Policía Autónoma era el germen de ese Ejército Nacional de Cataluña que los de Puigdemont no se han privado de reivindicar. La sorpresa está en otro sitio: en Madrid.

¿Cómo ha sido posible que un Gobierno legítimo, cómo ha sido posible que una oposición democrática puedan consentir que una fuerza armada, cuyos mandos se autoproclaman sediciosos, siguiera en activo sin ser desarmada y rehecha bajo mandos constitucionalistas?

¿Cómo ha sido posible que un Gobierno legítimo, cñomo ha sido posible que una oposición democrática hayan podido tolerar que los más altos funcionarios del Estado en Cataluña hayan procedido públicamente a tejer un «Estado paralelo» con el dinero de todos los españoles sin aplicar el Código Penal con el rigor que un delito de esa gravedad exige?

¿Cómo ha sido posible que una escena de doble poder haya podido ser desplegada durante tanto tiempo sin entender que no hay doble poder que no acabe en confrontación física?

Puigdemont, Junqueras, Forcadell, Trapero y los demás sediciosos que tomaron ayer calle e instituciones dormirán, espero, esta noche en un calabozo. Todos lo esperamos. De no ser así, el Gobierno de España habrá dejado de existir, la oposición se habrá diluido en nada, el Estado será piltrafas… Y la nación, nada más que un recuerdo.

La Guardia Civil mete en vereda en varias ocasiones a Mossos que apoyan el referéndum ilegal

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