ANÁLISIS

Eleonora Bruzual: «Alberto Nisman, un justo contra el mal»

Eleonora Bruzual: "Alberto Nisman, un justo contra el mal"
El fiscal Alberto Nisman. EP

Este 18 de enero de 2018 se cumplen tres años del horrendo asesinato del fiscal argentino Alberto Nisman.

Para cualquier persona -sea periodista o no- este hombre entró en una maraña siniestra que pretendió denunciar y juzgar y eso le costó la vida… Nisman pagó muy caro enfrentar la «Sociedad» entre los Kirchner, esa izquierda canalla argentina y los terroristas asesinos de Irán.

Fue otro judío argentino al que la furia antiisraelí, la judeofobia y la asqueante corrupción del gobierno de ambos Kirchner liquidó.

Recuerdo que esa noche, al leer sobre la muerte del fiscal se agolparon en mí cantidad de miedos producidos por una nueva certeza de que el judaísmo y en especial los judíos argentinos o que viven en ese país son el objetivo del terrorismo islamista muy bien apoyado en esa nación.

No me queda la menor duda de que allí existe una verdadera «Sociedad» para delinquir, matar y aterrar. Sociedad fortalecida en estos regímenes llegados a América Latina después del arribo al Poder de Hugo Chávez y su plan «Made in Cuba» de financiar la comunicación, acciones y hermandad con las peores tiranías, teocracias y grupos terroristas tanto islámicos como marxistas.

Aun cuando el caso Nisman sigue brumoso, ya se han hecho públicos nombres de venezolanos adscritos a la embajada en Argentina, que mantuvieron y aún hoy lo hacen, cerradas relaciones con iraníes y argentinos señalados tanto en el atentado a la AMIA, que causó 86 muertes y más de 300 heridos aquel infausto 18 de julio de 1994, como antes el atentado a la embajada de Israel (Buenos Aires, 17 de marzo de 1992) cuando dinamitaron el edificio y causaron la muerte de 22 personas y más de doscientos heridos.

Ambos atentados siguen sin resolverse, los terroristas tanto extranjeros como locales no fueron ni apresados ni juzgados y aún la justicia argentina no culmina las investigaciones.

Como periodista y sobre todo venezolana no puedo saltarme que en esas indagaciones que hacía Alberto Nisman, resalta -entre varios ya conocidos- el nombre del embajador chavista Roger Capella, militante comunista que trató y lo logró, exculpar o impedir la captura de los señalados en el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA).

Capella al que voceros de la Casa Rosada dijeron en su momento al diario Clarín que: «Chávez mando llamar a Capella» ya que Kirchner reclamó al propio Chávez el apoyo que su embajador daba a Irán y a hombres como Luis D’Elía y otros terroristas y piqueteros de la izquierda pro iraní.

Este jueve, a tres años del brutal asesinato, debo dar gracias a Dios porque en la Argentina hubo un cambio de gobierno, y ese crimen cometido el 18 de enero de 2015, es, después de la llegada al gobierno de Mauricio Macri, que comienzan a verse señales de que se hará justicia desmadejando hilos hasta llegar a las siniestras sociedades y componendas.

Sigo con interés el caso y me esperanza que este pasado 6 de diciembre, Claudio Bonadio -juez de la causa- adelantó varios procesamientos que hasta conllevan prisión preventiva de la ex presidenta, Cristina Kirchner, el ex canciller, Héctor Timerman, y otros altos figurones del pasado régimen.

También la investigación y procesamiento de una figura infausta: Yussuf Khalil, líder de Quebracho uno de los tantos grupos de alta peligrosidad, Fernando Esteche y el maligno piquetero, Luis D’Elía. También en diciembre de 2017 se dio la primicia de que un juez sentenciara que Nisman fue asesinado el 18 de enero de 2015 en su departamento de Puerto Madero, señalando además a varios responsables, entre los que está el muchacho informático Diego Lagomarsino al que todo apunta como el autor material.

La muerte de Nisman luego de sus contundentes denuncias, aclararon aún más la siniestra y peligrosísima penetración de Hezbollah en el continente Americano. Las estratégicas relaciones entre Teherán y Caracas, y con ellas la libre y apoyada presencia terrorista -en especial del grupo Hezbolláh son una realidad y un terrible peligro.

Alberto Nisman fue un fiscal acucioso, un incansable investigador y recaudador de pruebas contra la penetración de organizaciones y regímenes terroristas tanto en la Argentina como en el resto del continente, en especial los países que se ha encargado la Cuba castrista de meter en su alianza terrible.

Con el dinero de Venezuela, el chantaje que Chávez hizo a muchos con el petróleo, con coimas y regalos a los «Amigos» y con los islamistas integrantes del régimen imperante en Venezuela desde hace casi 19 años, se pudieron estructurar planes infalibles de penetración.

Hezbolláh está desde hace muchos años operando en y desde Venezuela, y hasta se ha dicho repetidamente que posee oficinas en Cuba.

Recordemos además que Barack Obama ordenó antes de salir de la presidencia de EEUU dejar de investigar los nexos entre Hezbollah, Irán y Venezuela, alegando que lo hacía «para no entorpecer el acuerdo con Irán» e igualmente no poner en riesgo su obsesión por darle a la tiranía cubana todo a cambio de nada…

Hezbolláh tiene hasta un vicepresidente en Venezuela, este es Tarek El Aissami, que se encargó desde su anterior posición como ministro de Relaciones Interiores, y hoy como el segundo hombre del régimen, de dar pasaportes venezolanos a muchos terroristas, varios de ellos detectados con esos documentos.

Nisman está muerto pero su terrible destino tiene que servirnos para no desmayar en una lucha inaplazable contra las fuerzas del mal personalizadas en los grupos terroristas, contra el narcotráfico internacional, contra los «Redimidos» asesinos que hoy aspiran hacer de Colombia otro bastión fatal. Alberto Nisman supo a qué y quienes se enfrentaba, eso le costó la vida.

Hoy en otro aniversario de su violenta muerte, no puedo sino decir que Venezuela es una guarida; guarida desde donde se financia y apertrecha el mal. Decir también, que a mi mente llega una tradición judía, tradición que los talmudistas ubican en el mismo origen de los siglos, en esos misteriosos tiempos que el profeta Isaías hurgó para demostrarnos que Dios pone al mundo a prueba dado que la conducta humana lo sigue envilecido.

Pienso por tanto en esa tradición, esa leyenda que nos dice que en cada generación, existen 36 seres justos que su honestidad les lleva a salvar a muchos… Con absoluto convencimiento digo que Alberto Nisman, fue un justo contra el mal.

 

[email protected] / @eleonorabruzual / www.gentiuno.com

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