Creo que fue Isabel Preysler quien se construyó un chalé que el vulgo bautizó con el nombre de Villa Meona.
Estaba revestido de oro y plata e incluso de piedras preciosas. Según los que accedieron a la vivienda, poseía seis retretes, seis -a cual más caprichoso-, que hasta sus perros entraban y tiraban de la cadena.
Ahora, ese prófugo huido de la Justicia llamado Puigdemont, se ha agenciado, con los cuartos de los demás, un chalé o palacete, idóneo para los revolucionarios, en Waterloo al creerse Napoleón Malaparte, porque está zumbado, ido y venido con dirección a ninguna parte.
Y dado que es un sempiterno valiente que se esconde en la estelada, la butifarra y la barretina, el ex presidente de la Generalidad (utilicemos vocablos españoles) quiere echar raíces en esa tierra indigna que es Bélgica pese a las preces que hacían Fabiola y Balduino, no sea que si el catalino llega al «Estado español» para no decir España, ni aún lavándose la boca con perborato, le echen el guante y resida en Soto del Real donde moran sus amigos sediciosos que exigen a la dirección del penal comedores de cinco tenedores.
Su nueva mansión es austera. De 4.500 m2s. Que, por lógica, y a tenor de sus andanzas, siempre escondido entre madrigueras, la casa ha de llamarse Villa Cagona. Dicen que se la conseguido el empresario y multimillonario Josep Mª Matamola, ¿no te amola?, al igual que la empresa hotelera USA, del ex presidente del Barça Joan Gaspar, que ha estado y está sufragando el paseíto o caminito del Rey y de la independencia para la destrucción de España.
El palacete tiene, además, garaje para cuatro automóviles, y banderín y guardia pretoriana para su ansiada vuelta a España. Son muchos los que se acercan al fortín republicano (pronto llegará la guardia de Corps como en el Palacio de Buckingham y será un aliciente turístico más de la Catalonia en el exilio). Freedom, compañeros. A propósito: ¿qué se dijo del palacete de la Infanta Cristina en Pedralbes?
De modo que aquí tenemos para uso y disfrute Villa Cagona. Quiero decir para el loco de atar y sus mariachis. El que se va por las patas abajo en cuanto le mientan el nombre de España. Pronto será el evacuatorio de Waterloo. Y pondrá -según me cuentan- una señora con mandil blanco y platillo en mano «para la voluntad» porque «España nos roba». Ya.
– ¿Con derecho a papel higiénico…?
Eso ya es mucho pedir. Sale más barato un loquero.