ANÁLISIS

Reflexiones sociopolíticas de Juan de Portoplano

Reflexiones sociopolíticas de Juan de Portoplano
España. EP

El de Portoplano, salió esa mañana a pasear, con una enorme tristeza, en su alma y en su mente y en su corazón y en sus carnes, porque temía, que se estaban poniendo las condiciones, porque a medio plazo, el panorama sociopolítico y socioeconómico se complique tanto, que entre en un laberinto-pendiente-espiral que después tenga mala solución.

Toda la vida abogando por la paz y el consenso y la racionalidad y el sentido común y la prudencia, y sentir-ver-temer que todo esto se vaya a la cuneta de la historia, que volvamos a repetir la historia.

– Si se van poniendo las piedras en el camino, sea de tierra o de alquitrán, si se van poniendo piedras afiladas, cristales, trozos de hierro, al final, quienes pasen por esos caminos acabarán cortándose.

– Las regiones más ricas, que han surgido de todo el Estado, recursos, demografía, historia, sinergias, mercados, etc., las más ricas quieren separarse de las más pobres. El hermano más listo e inteligente y con más recursos, quiere quedarse con la parte más importante de la empresa familiar, que han heredado de docenas de generaciones, y los otros hermanos, se queden con el trozo de la empresa más pequeños.

– No se pueden resolver problemas y cuestiones y traumas psicológicos, sociales o económicos o familiares, creyendo que la organización sociopolítica tenga la respuesta. No se puede pensar en el presente y en el futuro, pensando que tienes una herida muy grave, que le causaron a tu abuelo o bisabuela, porque puede ser, que al final, termines creándole otra herida mayor a tus nietos, aunque no lo creas.

– Para la paz se van poniendo pilares y fundamentos de paz, la no-paz se van situando poco a poco fundamentos, pilares de no-paz.

– Hay días en que la mañana nace triste y gris, y la razón de esa tristeza y melancolía es la cuestión sociopolítica, percibir que el clima se va complicando y recomplicando, y quién sabe, no mañana, pero si quizás dentro de varias mañanas, años, lustros, la cuestión esté ya tan emborronada, que quién sabe lo que sucederá.

– ¿Puede una sociedad o pueblo, en parte, autosuicidarse social o política o económicamente, siempre claro está con razones ideológicas o teleológicas?

– Las ideologías y organizaciones sociales y políticas que de verdad defienden al proletario, al obrero, a las clases medias y clases bajas, no pueden defender que un Estado que lleva siglos unido, que es democrático, que tiene estado de bienestar, derechos humanos, se divida en varios Estados, y que las regiones más ricas, se independicen del resto, y el resto de obreros, regiones, proletarios caigan posiblemente en una bajada real de derechos y derechos humanos y de democracia. Si es que defienden de verdad al proletariado, y creen en la frase: «proletarios unidos, jamás seréis vencidos». Sea en la forma más débil o más fuerte de dicha creencia. Sea en la forma moderada, o en la forma menos moderada.

– Nunca es predecible, la reacción del pueblo que calla y medio duerme, cuándo perciban que su estado de bienestar disminuye ostensiblemente.

– ¿Quieren secesionar un Estado, que parte de las regiones, caerán a un estado de bienestar y de economía, de hace cuatro o cinco décadas, ya que ellas por si solas, no pueden mantener dichos derechos, no tienen suficiente industria, ni recursos, ni mentalidad, ni otros aspectos, así de ese modo, entraría la población, gran parte de ella, en un estado de pobreza, de desempleo aún mayor, de angustia, y entonces, votaría a soluciones no moderadas, sea de un color o sea de otro? ¿Es eso lo que quieren algunos colectivos ideológicos, que se creen condiciones, para que surja la pobreza, y después venir ellos, y recibir el poder democrático…? ¿Es decir, las contradicciones de la historia, como tantas veces en la Historia ha sucedido, crear las condiciones, para que se produzcan las causas, en definitiva, la pobreza y la angustia, y entonces vienen los salvadores…?

– ¿Determinadas elites económicas de algunas regiones, quieren tener un Estado, que ellas dirijan y gestionen, y así de ese modo, controlar mejor todos los recursos, de ese modo dirigir mejor sus destinos, y en un panorama mundial muy complejo, pensar que de ese modo, pueden sobrevivir mejor como clase social dirigente? ¿Y han sido capaces de su proyecto, sea aceptado, por una parte del pueblo, del proletario, incluso parte de diferentes ideologías de diversos colores?

– ¿Si en la Península Ibérica se divide en cuatro o cinco Estados, por tanto, cuatro o cinco Ejecutivos, cuatro o cinco Parlamentos, cuatro o cinco ejércitos, cuatro o cinco sistemas de servicios de información, etc., y además algunos de esos Estados aspiran a anexionarse otras regiones o parte de otros Estados, no estaríamos ante un peligro de balcanización, de conflicto a y en todos los sentidos, económico, social, demográfico, e incluso militar a un plazo medio de tiempo, no mañana, pero si quizás, dentro de tres o cuatro décadas…?

– ¿Al final, dos osos o tres se pelean entre ellos, todos salen heridos, y vienen otros lobos y se llevan la carne y las nueces? ¿Quienes serían los que recogerían las castañas del suelo y toda la herencia? ¿Piensen…?

– ¿Y qué dirá la Gran Europa, qué dirá si alguien no es fiel a su Estado, por qué lo va a ser a Europa? ¿Si alguien ha nacido y surgido, a lo largo de siglos y de generaciones, en las ubres de un Estado, ahora que ya son ricos, ahora quieren secesionarse y dejar a los pobres a su suerte? ¿Por qué Europa se va a fiar de alguien así…?

El de Portoplano se retiró, con una enorme congoja a su cubil, y pensó, que él, ya con la edad que tenía, no vería cuándo surja de verdad la tormenta sobre el paisaje y el horizonte, pero posiblemente, quizás sus nietos, quizás la siguiente generación a la suya, si tendrían que sufrir las consecuencias, ya en demasía.

El de Portoplano se sentía entristecido y fracasado, toda la vida intentando buscar conceptos y pautas de paz y pan y creación de riqueza y de solidaridad y de prudencia y de sentido común, y ver-percibir-sentir-temer que todo se puede ir por la negrura de la historia. ¿Otra vez, poner las condiciones, para que todo acabe en situaciones límites, otra vez, poner las condiciones y circunstancias para que se repita lo peor de nuestra historia del pasado…?

Juan de Mairena y Juan de Portoplano se miraban y hablaban en silencio, sin decirse nada.

http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero

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