Análisis

Ni periodismo ni nada

Ni periodismo ni nada
Santiago López Castillo. PD

Lo vengo diciendo pero como si nada. El que no sabe es como el que no ve. Jamás me he apoyado en el corporativismo donde se escudan los mediocres y los incompetentes. Mi dilatada carrera profesional (40 años me contemplan. Tanto en la prensa escrita como en la audiovisual, más mi periodo de docencia en el CEU), me permite recriminar a los colegas -dejémoslos en coleguillas, ¿verdad tronco?- cuyo ejercicio es un calco de los miméticos programas de televisión: hojarasca, bazofia y leña al mono que si es el PP o el Real Madrid tanto mejor. (Hay que atacar al poderoso porque atizarle al Leganés, o sea, al Lega, el Geta, o el Depor… es una filfa). Entre otras cosas, porque las marcas de relumbrón no entran en pequeños detalles, y, además, no les interesa porque viven del marketing.

Bueno, pues hubo de sacar Rajoy lo del «aprovechategui» por lo de «amarrategui» para que la «intelectualidad» de los periodistas de chichi-nabo lo conviertan en debate, no se sabe si con be o con uve. Que este chascarrillo sirva para crear polémica es como para mear y no echar gota. Sirve, fundamentalmente, para poner a parir al presidente del Gobierno a base de mofas y befas. Es enternecedor escuchar a esa sectaria retro-progre llamada Julia Otero incendiando las ondas donde día sí y día también para que el PP arda como una pira. Y no digamos con el caso de Cristina Cifuentes. La Sexta le dedicó a la ex presidenta de la Comunidad de Madrid una semana entera, con sus días y sus noches, en sesiones que comenzaban muy por la mañana y concluían de madrugada. Tanto es así que me llegó el rumor de que el canal del marxista-leninista Roures sabía hasta el color de las bragas de la dimisionaria cuando se presentó al master de marras. Y luego, para no hacer interminable la lista de los zurupetos del oficio, está ese mofletudo de las tertulias -de apellido vasco- que apenas sabe escribir y mira contra el gobierno.

¿Y qué no decir la que se montó con los asientos de Cospedal y Sáez de Santamaría en la toma de posesión del provisional presidente de la Comunidad de Madrid buscando un logopeda o logo-labios para saber qué decían las «boquitas pintadas»?

Esta panda de truhanes e indocumentados, me sigo refiriendo a los colegas, lo avían todo recurriendo a los calificativos del «dictador» y la «dictadura», el franquismo y el fascismo, el guerracivilismo y vuelta a empezar.

Para el que no se haya dado cuenta de que las hazañas bélicas, incluso la de los tebeos, han cambiado de signo triunfal, les recuerdo la que hoy preside la pancarta de los hueros de solemnidad: «Cautivo y desarmado el Ejército Nacional… La guerra ha terminado». El Frente Popular, redivivo.

En este derribo implacable a la derecha se incluye este sospechoso aluvión de encuestas (ni un día sin sondeos o prospecciones) que el sociólogo Jaime Berenguer ha desenmascarado en un brillante artículo la dudosa imparcialidad de las empresas encargadas de la muestra. Obedecen -afirma este experto en la canalización de las opiniones ciudadanas- a intereses espurios para derribar a los enemigos de sus patrocinados. O en otras palabras: aniquilar al PP y aupar a los tibios de Ciudadanos.

– ¿Y quiénes son? ¿A qué dedican el tiempo libre…?

Creo que nos suena aquello de «los poderes fácticos».

PD.- Impresentable la cacería a Pablo Casado, vicesecretario de Comunicación del PP.

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