Análisis

Víctor Entrialgo de Castro: «El sexo documentao»

Víctor Entrialgo de Castro: "El sexo documentao"
La ratafía, entre Sánchez y Torra TW

Mientras, el golpe continua, España sigue sin salir aún a las calles a exigir las elecciones que el Presidente del golpe nos ha hurtado.

El golpe continúa en un circo de dos pistas. Una en La Generalitat y otra en Moncloa. En esta última, rodeada de malabaristas y cantantes que se quedan calvas de tanto pensar, la ministra vicepresidenta, aquella según la cual el dinero público no es de nadie, y que al parecer daba clases de derecho constitucional en un lugar de cuyo nombre es preferible no acordarse y Dios les coja confesaos, sacaba de inventarse un nuevo institución jurídica que dejaría papiaos a Gayo, a Ulpiano y al mismo Papiniano, los más célebres juristas romanos: «el sexo documentao».

Ya estoy viendo a una policia del sexo hacer rondas nocturnas pidiendo la documentación del consentimiento. A ver, ustedes, bajen la ventanilla por favor, ¿se trata de un intercourse? Pues los papeles. El consentimiento. Donde lo firmó señorita, en el bar o por el camino. Es que no llevo bolígrafo encima Sr. Guardia. Pues estamos apañaos. Hay que salir preparado de casa. Lleva preservativo? Si, yo lo llevo Sr.agente. Y el análisis de ADN Torra? Si señor guardia, mi abuelo materno es de Palamós.

En su empeño de ideologizar la sociedad y someterla a la felicidad que los socialistas siempre saben en qué consiste, se creen superiores moral e intelectualmente al resto de los mortales aunque no hayan terminado el bachiller ni sepan hablar, metiendo al Estado siempre donde no le llaman y sacándolo de donde verdaderamente debiera estar.

Desconocen casi todo y eso es lo que les da el atrevimiento, por que el ignorante siempre es el más imprudente. El matrimonio de la mujer tiene su origen en el rapto, vestigio del cual es el hecho de que el hombre entre en brazos en la a la mujer en el momento de traspasar el umbral de la nueva casa. ¿Tambien hay que prohibirlo?

Cómo somos de inquisidores los españoles, especialmente los socialistas, regulándolo todo. Otra vez el guardia «de la porra».

Entre el No es no y el si es si, no vamos a saber de qué estamos hablando, si del sexo o de la final de Wimblendon.

Los socialistas se han cargao el romaticismo. Porque lo saben todo, lo regulan todo. Hasta el amor.

Como no salgamos a pedir elecciones ya, nos esperan un no parar de fuegos y pijadas artificiales.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído