El tribunal que valoró la tesis de Sánchez fue confeccionado a la carta y carecía de preparación

‘La Tesis de Sánchez’: Un miembro del tribunal y la jefa de su doctorado escribieron un capítulo con el plagiario

El líder del PSOE copió hasta las tablas y gráficos del artículo firmado con el examinador Padilla y su jefa de tesis

'La Tesis de Sánchez': Un miembro del tribunal y la jefa de su doctorado escribieron un capítulo con el plagiario
Los tres 'negros' que eran juez y parte en la tesis doctoral de Sánchez. EP

El presidente socialista trasplantó a su tesis párrafos y conclusiones del trabajo que hizo con un vocal del tribunal

Pedro Sánchez tenía motivos para esconder su tesis. La cascada de trampas e irregularidades que escondía el supuesto trabajo de investigación, que convirtió al actual presidente del Gobierno en doctor, no tiene fin (Las redes sociales colapsan de memes y chistes que dejan en muy mal lugar a ‘Tesis Sánchez’ y la URJC).

Sánchez plagió artículos de profesores universitarios que asesoraban a Zapatero, fusiló sus propios textos previos a la presentación y defensa de la tesis, contó con la ayuda de un negro, su viejo amigo Carlos Ocaña ‘Cocana’, para finalizar a tiempo el tocho que presentó en la Camilo José Cela y contó con un tribunal de tesis a la carta, con profesores que habían logrado el doctorado hacía pocos meses (Este es el ‘negro’ que le escribió la ‘fake tesis’ a Pedro Sánchez).

Por si esto fuera poco, Sánchez utilizó dos artículos firmados a medias con su directora de tesis, María Isabel Cepeda, y con uno de los miembros del tribunal, Juan Padilla, para obtener el cum laude por su presunta investigación en diplomacia económica, que a la luz de las pruebas no es más que un elaborado trabajo de corta y pega (Las piruetas periodísticas de El País y laSexta para tapar el escándalo del plagio de la tesis de Pedro Sánchez).

La amenaza a C’s -«os vais a enterar»- en la última sesión de control al Gobierno en el Congreso demostraba que Rivera había tocado un tema sensible para el presidente, al esgrimir que Sánchez debía hacer pública su tesis doctoral en un acto de transparencia sin precedentes. Nadie mejor que el líder socialista para saber el lodazal en el que se vería inmerso si se descubrían las trampas que había realizado en el trabajo de investigación (Pánico en TVE con la ‘fake tesis’ de Sánchez: ‘El Lechero’ y sus tertulianos caniches callan muertos de miedo).

Máxime cuando había aplaudido la ejemplaridad de la plagiadora Montón al dimitir como ministra de Sanidad (Antes de que le regalaran un ‘cum laude’ y como no le bastaba el ‘negro’, el tramposo Sánchez pidió ayuda a los usuarios de Twitter).

El silencio sepulcral a las primeras revelaciones puestas en circulación por Javier Chicote en ‘ABC’, dio paso al ataque furibundo, a la amenaza -en redes sociales- con acudir a los tribunales si no se rectificaban las informaciones que ponían en tela de juicio la honorabilidad del doctor Sánchez mientras quitaban el foco, por el momento, de Pablo Casado (‘Tesis Doctoral’: El grupo de amiguetes que dio el cum laude a Pedro Sánchez).

La última reacción de Sánchez recuerda a la de dos personajes siniestros, dos presidentes que ante las revelaciones de la prensa no encontraron otra salida que el ataque para intentar ‘matar al mensajero’.

Richard Nixon, que intentó acallar al New York Times y al Washington Post por las revelaciones de los conocidos como ‘Papeles del Pentágono’, que descubrían las relaciones entre EEUU y Vietnam durante varias administraciones, incluida la Guerra en el país asiático.

También se asemeja Sánchez al peor Donald Trump, el que ha emprendido una cruzada contra los medios estadounidenses con el fin de acallar las críticas y terminar con las filtraciones que tanto daño están haciendo a su administración, la última, una columna de opinión en el New York Times de un estrecho colaborador.

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