Entre Bambalinas.- La trapote, Victor Janeiro y su homenaje íntimo.

Entre Bambalinas.- La trapote, Victor Janeiro y su homenaje íntimo.
Victor Janeiro.

Chinchón se volcó con el benjamín de los Janeiro en la corrida que se celebró hace unos días con motivo de la celebración de las fiestas en honor a San Roque y a la Virgen de Gracia que son los patronos del pueblo madrileño.

Victor figuraba como cabeza de cartel seguido de Antonio Rey Vera, concursantes de Hombres, Mujeres y Viceversa y seguido este a su vez de Miguel Hernández, Miguelín. El que más se lució con diferencia fue el hermano de Jesulín, pero lo hizo dentro y fuera de la plaza. Victor intenta abrirse camino como torero sin que pese sobre él el lastre de Jesulín, pero eso lo tiene más bien complicado.

En la plaza se mueve con soltura y no se achanta fácilmente ante una posible embestida del animal, demuestra valor pero la sombra del de Ubrique le acecha profesionalmente. Victor hace lo posible por demostrar su talento como torero pero de momento se tiene que conformar con plazas modestas que nada tienen que ver con Las Ventas o La Maestranza.

Ha cumplido los 31 y las prisas por conseguir triunfos en las plazas se aceleran, también el reloj juega en su contra, tiene capacidad de esfuerzo y sacrificio y así lo demostró en los dos concursos en los que participó ; primero en «Aventura en Africa» donde salió ganador y después en «Mira quien baila» donde quedó como finalista con su ex cuñada Belén Esteban, el público quiso que ganase la de San Blás y eso que la madrileña ni siquiera cumplía con el mínimo de horas de ensayo que se firman en el contrato del concurso, lo que explica que en las galas no diese la talla con los bailes, por mucha Belén Esteban que sea o por mucha princesa del pueblo que se haya autoproclamado. El baile que se lo deje a otras como Edurne, la triunfita que semana a semana se superaba con una profesionalidad absoluta, talento no le falta, pero detrás también existe una base de trabajo que ya la podían haber puesto en marcha otras que cobraban el doble.

Por su parte Victor me cuenta que se ha enganchado al baile, que echa de menos las clases y cuando le pregunto por Rocio y por Emy, las dos bailarinas con quienes se le relacionó y se dijo que entre ellos hubo algo más que baile, me responde con una sonrisa picarona, luego me niega la mayor y remata contándome que las dos bailarinas han roto con sus novios, al parecer ellos no han creído del todo en su inocencia, al torero le apena el desenlace sentimental que han tenido sus amigas bailarinas.

El ha corrido mejor suerte porque la Trapote se ha tomado a guasa todo ese asunto de la infidelidad, solo ellos lo saben, pero en este caso creo que su actitud es la más inteligente, si quieren seguir juntos por algo será y si realmente pasó algo ellos siguen eso de «pelillos a la mar».

En las distancias cortas Victor Janeiro es un cachondo, dicharachero y muy vacilón, tiene gracia, eso y otros detalles han enamorado a la Trapote, por su parte a ella le gusta organizar el cotarro después de la corrida, organiza el ágape e invita a sus amigos, algunos conocidos como Malena Gracia y Jose Manuel Parada. La Trapote también se lleva a las corridas a su madre, una señora más bien discreta y muy educada que prefiere mantenerse en un segundo plano, doy fe de lo bien que quiere a Victor, ya ve en él a su futuro yerno, lo que no se sabe es cuando iremos de boda.

Ya me contó la Trapote que de momento habrá que esperar, él vivirá en el campo y ella en la ciudad para aprovechar la lluvia de programas en los que colabora actualmente. Luego Dios dirá. El homenaje íntimo para celebrar el éxito en la plaza se lo dio la pareja al día siguiente, me cuentan que la misma noche de la corrida la cosa no funciona tan bien, por eso siguen aquello de «merece la pena esperar».

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