'Una mirada optimista' de Amador G. Ayora, director de elEconomista

El pacto griego y los tropiezos de Artur Mas y Pablo Iglesias ayudan a mejorar la economía española

"En el PP están eufóricos, porque por primera vez en la legislatura recuperan el favor de su electorado"

El pacto griego y los tropiezos de Artur Mas y Pablo Iglesias ayudan a mejorar la economía española
Urnas, elecciones, campaña electoral y política. PD

El tercer axioma que comienza a caer es el de que Iglesias puede gobernar España

La pieza se titula ‘Una mirada optimista‘ y la firma Amador G. Ayora, director de elEconomista.

Nos paramos en ella y reproducimos sus fragmentos más interesantes porque Amador G. Ayora no ha sido precisamente un periodista dócil, de los que doran la píldora al Gobierno o dice amén a sus medidas económicas.

El director de ‘El Economista’, sin olvidar los riesgos que acechan en el camino, pinta este domingo 22 de febrero de 2015, un panorma bastante optimista para España y de refilón, para Mariano Rajoy.

Arranca diciendo:

«La recuperación comienza a dar sus frutos. Los tres elementos de incertidumbre que pesan sobre la economía comienzan a deshacerse como un azucarillo. El primero es el asunto griego. Aaunque el Eurogrupo logró un principio de acuerdo con Grecia, es evidente que una posible salida del euro cada vez preocupa menos».

Su primer ministro, Alexis Tsipras, se quedó sin el arma arrojadiza con la que presionar a sus socios. El miércoles, después de pasarse el día con amenazas veladas con no cumplir el rescate, a última hora presentó un documento en el que se comprometía a no tomar media alguna «que pueda comprometer la estabilidad financiera y a poner en marcha una reforma fiscal».

El ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, se pavoneó por el Eurogrupo con el cuello subido de su chaqueta, modelo Armani, en actitud arrogante. Pero a los alemanes no les impresionó.

El jueves, la canciller Angela Merkel rechazó la propuesta griega porque pretendía saltarse dos preceptos sagrados para la Troika: el recorte de pensiones y y la subida del IVA. Dos promesas con las que Tsipras llegó al poder y que deberá cumplir para lograr una prórroga de la negociación con el Eurogrupo.

La presión mayor proviene de España. Rajoy intentó bloquear el acuerdo con Grecia porque quiere cortar las alas a Podemos y necesita que Syriza sufra un escarmiento. La formación de Pablo Iglesias también mira con lupa cada paso de Tsipras. Cualquier triunfo lo aprovechará para su campaña antiausteridad.

Los alemanes presumen de contar esta vez con la adhesión inquebrantable del francés François Hollande y del italiano Matteo Renzi, que por motivos políticos se mantiene en un segundo plano.

Renzi regaló una corbata a Varoufakis en su visita a Roma. Ambos albergan movimientos similares en sus países, aunque en el caso francés el partido que saldría reforzado es la ultraderecha de Marie Le Pen.

«Europa se perjudicaría mucho más manteniendo a Grecia en el euro, si no cumple sus compromisos, que echándola», aseguran con rotundidad en medios germanos.

La moneda única, pese a la austeridad espartana de Merkel, es como un paraguas bajo el que todos quieren cobijarse, por la estabilidad monetaria que ofrece. «Alemania ha convertido al resto de Europa en el mercado doméstico en el que colocar los Mercedes o BMW y está aprendiendo a respetar sus incongruencias y contradicciones», apostillan altos directivos de este país.

Independentismo catalán

El segundo elemento de incertidumbre que comienza a desmoronarse es el independentismo catalán. Los sondeos no dan siquiera mayoría absoluta a la suma de la plataforma liderada por Artur Mas y la Esquerra Republicana de Oriol Junqueras.

El caso Pujol rompió las filas prietas de los votantes de CiU. Las disputas por el liderazgo con Junqueras mostraron que su ambición de poder está por delante de su amor al país (catalán).

En este aspecto, también es fundamental el apoyo de Merkel, quien una y otra vez envió el mensaje de que Cataluña saldría del euro si rompe los vínculos con España, según fuentes diplomáticas germanas.

El negro panorama que pintan los economistas para Grecia si deja la moneda común pudo influir en el ánimo de los catalanes, que aplican la receta a sí mismos.

Otra variable decisiva es la irrupción de Podemos. El partido de Pablo Iglesias atrae el voto del descontento con el Gobierno central que antes era canalizado a través de los nacionalistas. Es lo más positivo que tiene.

Podemos

El tercer axioma que comienza a caer es el de que Iglesias puede gobernar España. Los escándalos en los que están envueltos sus líderes, como Monedero, incapaz de justificar sus ingresos y conspicuo defraudador de Hacienda, hacen mella en la opinión pública.

En el PP están eufóricos, porque por primera vez en la legislatura recuperan el favor de su electorado, mientras que la formación de Iglesias inicia un suave descenso.

Es aún pronto para cantar victoria, pero las buenas vibraciones de Ciudadanos, que según los mejores sondeos puede obtener entre 20 y 30 diputados en las generales, podrían servir para mantener a Rajoy con el apoyo puntual de Albert Rivera, quien no esconde su disposición a pactar en pro de la estabilidad institucional.

El que tiene muy difícil salvarse es el PSOE, con un líder como Pedro Sánchez, lleno de contradicciones y dando palos de ciego.

Es obvio que los inversores, que esta semana llevaron al Ibex a su máximo anual, saborean las mieles de una situación económica saneada y con menos trabas políticas. ¡Veremos cuánto dura!

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