Rubalcaba y los jueces de la Auidiencia fueron pillados por los fotógrafos del diario El Mundo comiendo juntos en 'Currito', un restaurante situado en la Casa de Campo de Madrid
«Quienes acusan al PSOE de pactar con ETA son unos carroñeros políticos» (Patxi López, secretario general del PSE, 25 de febrero de 2004).
«No he autorizado en nombre del Partido Socialista ningún contacto ni con ETA ni con Batasuna» (José Blanco, secretario de Organización del PSOE, 14 de diciembre de 2005).
«No hay que reunirse con Batasuna, y me resulta inimaginable que un partido organice semejantes reuniones» (José Antonio Alonso, portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, 26 octubre de 2010).
Cuando el Partido Socialista de Euskadi desmiente, como hizo este 28 de octubre de 2010, que dos de sus principales dirigentes se hayan reunido hace unas semanas con representantes de Batasuna, se produce un retorno a los mismos desmentidos que, como los transcritos, pusieron de manifiesto la masiva operación de engaño que desarrollaron el PSOE y el Gobierno de Zapatero para ocultar su negociación clandestina con ETA en la anterior legislatura.
Este viernes, el diario «El Correo» informaba de que José Antonio Pastor, portavoz parlamentario de los socialistas vascos, y Alfonso Gil, secretario de Organización del PSE, se habían entrevistado con Rufino Exteberría y Jone Goirizelaia, destacados cabecillas de la trama batasuna, el primero de ellos procesado por integración en banda armada.
Los socialistas vascos desmintieron la información, pero, como llueve sobre mojado y el valor de la palabra está desgastado como aval para confiar en el PSOE, es el momento de que Zapatero, y ningún otro intérprete de sus enigmáticas frases, se comprometa públicamente con un desmentido a nuevos contactos, sondeos, encuentros o como quiera llamar a la enésima versión del final «dialogado» de la violencia.
El todopoderoso y omnipresente Pérez Rubalcaba aseguró este viernes que «la política antiterrorista no ha cambiado ni un ápice» y que el Gobierno sigue donde estaba antes del verano.
Pero resulta muy poco tranquilizador su compadreo con los jueces y fiscales de la Audiencia Nacional. Esa es la imagen que ofrecieron ayer, cuando fueron pillados por los fotógrafos del diario El Mundo comiendo juntos en ‘Currito‘, un restaurante situado en la Casa de Campo de Madrid.
Si se tiene en cuenta que a la Audiencia Nacional le competen todos los asuntos del terrorismo y algunos de los más sonados sobre corrupción, y que tiene en estos momentos en curso investigaciones tan delicadas y graves como el caso Faisán, no es de recibo que Rubalcaba comparta mesa y mantel con sus magistrados.
Porque una cosa es una comida de carácter institucional y otra muy distinta un almuerzo de amigotes. La democracia se ve seriamente dañada cuando sus representantes ya no guardan ni las formas.
El propio presidente del PSE, Jesús Eguiguren, acudirá a declarar como testigo d ela defensa y en favor de la tesis que presenta al etarra como un hombre de paz, en el juicio contra el dirigente de Batasuna Arnaldo Otegi. Y todo lo que se le ocurre a la dirección del PSOE es decir que va porque le ha citado el tribunal y «hay que colaborar con la Justicia«.
Ya no hay espacio para más actos de fe. El nuevo Gobierno Zapatero -encabezado por Rubalcaba- no ha hecho otra cosa que sembrar confusión e inquietud, al lanzar un mensaje y su contrario, sugiriendo a Batasuna cómo legalizarse para, a renglón seguido, darse golpes de pecho por la firmeza democrática.
También antes de la tregua de 2006, pactada entre el Gobierno y ETA, había detenciones de etarras y proclamas de los socialistas contra la misma negociación que estaban manteniendo en la clandestinidad.
Es Zapatero quien tiene la responsabilidad política y personal de asumir públicamente lo que estén haciendo su partido y su Gobierno.