El director de El Semanal Digital escribía en su periódico un artículo sobre la fallida candidatura del ex secretario general del PP, cuyo título lo decía prácticamente todo: «Cospedal y Soraya devuelven a Cascos al Panteón de Hombres Ilustres».
El no a Francisco Álvarez Cascos para ser candidato de su partido en Asturias es, sobre todo, un guiño a la opinión pública de que este PP -salido del Congreso de Valencia de junio de 2008- es un partido renovado y más moderado que el de la última legislatura de Aznar y que aquel que el mismo Mariano Rajoy lideró hasta la derrota de marzo de 2008 de la mano de Ángel Acebes y Eduardo Zaplana.
Martín Beaumont mantiene que «Rajoy ha sido quien en definitiva ha vuelto su pulgar para que Cascos pase de nuevo a descansar en el Panteón de Hombres Ilustres del PP, pero la victoria interna es la de una corriente que empuja la secretaria general desde la Torre de Marfil de la calle Génova».
«¿Alguien se imagina el retroceso que supone en el espíritu renovador tener a Cascos de cartel electoral en mayo?», se pregunta el comentarista, que entre otras cosas, se responde:
Fue uno de los éxitos de la propaganda del PSOE en la campaña de 1996. Identificar al PP con la derecha dura que da miedo encarnada por el entonces número dos del PP y, posteriormente, vicepresidente del Gobierno y, más tarde, ministro de Fomento. La figura utilizada por los estrategas socialistas fue un perro doberman.
Cascos, más por su expresividad física y por su forma de manifestarse que por su ideología, sigue siendo un halcón, un hombre que proyecta arrogancia y prepotencia.
Rajoy está convencido, y si no lo estuviera ya se lo repitiría cuantas veces hiciera falta su incombustible asesor áulico, Pedro Arriola, que sin una imagen centrista no se consigue superar los 10 millones de votos.
En el PP preocupa mucho el estudio demoscópico sobre la imagen que da el partido. Lo cuenta el propio Beaumont:
«A año y medio de las elecciones generales los ciudadanos siguen considerando al PP un partido muy de derechas. Tal cuestión preocupa al equipo de Rajoy. Una información publicada en El Semanal Digital por su corresponsal política, Ana Isabel Martín Almaraz, ponía de relieve que en los sondeos que manejan en el cuartel general de los populares los ciudadanos colocan al partido -en una escala del 1 al 10, donde el 1 es la extrema izquierda y el 10 la extrema derecha- en el 7,8, es decir más alejado del 5,5 que representa el centro que el PSOE, al que los encuestados sitúan en el 4,5».
Lo que pasa es que, de la misma manera que Zapatero no ganó en 2004, sino que perdió el PP, y concretamente Aznar, por su mala gestión del 11-M, en 2012, si todo sigue igual, la derrota se la habrá ganado a pulso el presidente del Gobierno.
VERDAD MENTIRA
Juan Carlos Escudier: «(…) Este hombre [Rajoy] hizo bien en hacerse registrador de la propiedad porque como enterrador no hubiera tenido futuro»
Ignacio Camacho: «La gente ha dejado de creer en Zapatero, curiosamente cuando ha empezado a hacer lo que tenía que hacer»
Alejo Vidal-Quadras: «El pasado del ex vicepresidente de Cascos chirría con lo que está haciendo ahora»
Raúl del Pozo: «Ha estallado una desigual y descarnada batalla entre Cascos y la parte más confesional del PP asturiano, que critica la bragueta alegre del sexagenario»