Iglesias destaca las «muchas coincidencias» del partido con los 'indignados' y Salgado pide «no pasar sus razones por alto»
Todavía no extinguido el barullo de la una nutrida banda de ‘indignados’ que vociferó ante el domicilio particular de Rita Barberá, alcadesa de Valencia, el secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, tendió una mano al Movimiento del 15-M, subrayando que el PSOE «comparte muchas de sus propuestas».
«Les escuchamos con respeto y hay ideas que pueden coincidir con las nuestras».
En la misma línea se había manifestado el pasado domingo Carme Chacón, que habló de que muchos planteamientos del 15-M son «razonables y posibles».
No es fácil hallar esas coincidencias de las que hablan Iglesias y Chacón. El PSOE es un partido ferreamente jerarquizado, clásico y representa mucho de lo que vitupera este movimiento que acaba de sacar a la calle a la gente bajo el lema de «Contra el Pacto del Euro», es decir, contra todas las reformas que exige la UE y que ha asumido Zapatero.
Este 20 de junio de 2011, el comisario Olli Rehn dio una especie de ultimátum a España al afirmar que las medidas de ajuste son «inevitables» pese «al hartazgo de las reformas que es visible en las calles de Madrid y Atenas».
¿Es posible congraciarse con los manifestantes del 15-M, como intentan Iglesias, Chacón y el propio Rubalcaba y a la vez intensificar las reformas como exige la Comisión Europea?
El sentido común dice que no porque se trata de exigencias contrapuestas. La calle pide más gasto público y está contra las reformas y Bruselas nos reclama lo contrario.
CONTACTOS INFORMALES EN TWITTER
Es Javier Casqueiro, en el diario ‘El País’, quien revela que el PSOE ya entabla ‘contactos informales’ en Twitter con el 15-M.
«Hablar con ellos ya hablamos aunque no nos sentemos en una mesa para mantener una reunión clásica». Esta frase de Hugo Morán, secretario de Medio Ambiente y Desarrollo Rural de la Ejecutiva Federal del PSOE, llamó la atención en la reunión que mantuvo ayer en Ferraz la cúpula del partido en el Gobierno.
El PSOE quiere conectar con el 15-M, ha entablado ya ‘contactos informales’ con algunos de sus portavoces vía Twitter e incluso los más partidarios de las redes sociales entre sus dirigentes han llegado a fijar citas con ellos para pulsar sus opiniones.
Non los únicos. La pretensión de Cayo Lara, líder de Izquierda Unida, de acercarse al 15-M le llevó incluso a participar en el boicoteo a un desahucio en Madrid. Con la mala fortuna de que algunos de los congregados le lanzaron varias botellas con agua en cuanto vieron aparecer las cámaras de televisión.
El PSOE ha sido más sibilino. Menos evidente. Pero con el mismo objetivo. Algunos miembros de su Ejecutiva Federal son fervientes seguidores de otro fenómeno social, la red Twitter, y llevan semanas lanzando tuits de acercamiento y comprensión al 15-M.
UNA COSA Y LA CONTRARIA
El problema es que el Gobierno socialista dice un día una cosa y, al siguiente, pregona la opuesta. Zapatero manifiesta que va a agotar la legislatura para concluir las reformas que nos exigen nuestros socios y Rubalcaba filtra su simpatía por el 15-M, mientras destacados dirigentes socialistas tienen puentes a un movimiento que defiende una huelga general y quiere nacionalizar la banca.
Este mismo lunes, el PSOE de Rubalcaba nombró a Jesús Caldera y Cristina Narbona responsables del programa electoral. Son dos partidarios de un sector público fuerte, de intensificar el gasto e intervenir en economía y forman parte del sector más izquierdista del PSOE.
Si juzgamos por la elección de personas, podemos deducir que el programa del partido para las elecciones generales va a ser todo lo contrario de lo que viene haciendo y diciendo Zapatero -con sus correspondientes titubeos- desde mayo de 2010.
¿UN NUEVO BANDAZO DEL PSOE?
No está claro lo que pretende Zapatero, pero mucho menos lo que quiere hacer Rubalcaba. La elección de Caldera y Narbona parece una enmienda a la totalidad de lo que dice que va a hacer Zapatero hasta las elecciones.
El impacto dela derrotada del 22-m, remachado por la pérdida de Extremadur tiene a Zapatero, Rubalcaba y el resto de los altos dirigentes socialista completamente desorientados.
No saben qué hacer, no ven luz al final del tunel y están agobiados por las encuestas, lo que les lleva a adoptar una decisiones erráticas y contradictorias que sólo demuestran su debilidad y su confusión.
El PSOE sigue haciendo constantes guiños al Movimiento del 15-M, como el enfermo terminal que se agarra a un tratamiento de alto riesgo ‘por si acaso’. Y mientras, en la Unión Europea crece la preocupación por la contestación que se está produciendo en las calles españolas.