El ABC 'esconde' la sentencia sobre el matrimonio gay

La Gaceta incendia Twitter: «Será constitucional, pero no es matrimonio»

El País "La unión libre de dos personas en un proyecto de vida en común que, cualquiera que sea su sexo, merece la máxima protección legal del Estado"

¡Albricias, La Gaceta es tema tendencia en la red social Twitter! Lo sé, lo sé: no es porque nos llamen bonitos, en su mayoría, como bien sabe ese fenómeno de Twitter que es Paco Marhuenda, cuya portada esperan ávidos los tuiteros cada noche con el ‘animus jocandi’ disparado. –LEA EL TRASGO EN LA GACETA

Uno tiene que descubrirse ante el apabullante poder de convicción de los grandes medios. Quiero decir, la primera de La Gaceta -«Será constitucional, pero no es matrimonio«- se presenta como escandalosa y ridícula, aunque en lo primero es meramente la noticia del día y, en lo segundo, algo que hubiera parecido verdad de perogrullo a la izquierda más radical hace sólo unas décadas.

ELUDIENDO LA CUESTIÓN

Se necesita una capacidad de manipulación titánica, una habilidad sobrehumana para lavar cerebros con centrifugado incluido, para hacer que se pase de considerar absurda una noción a considerar absurdo oponerse a ella, que es lo que ha sucedido con el llamado ‘matrimonio’ homosexual. En ese atrasado país del Tercer Mundo, Estados Unidos, el asunto ha sido sometido 32 veces a referéndum en diferentes estados con un resultado que difícilmente podrá considerarse ajustado: 32 noes, cero síes. Pero, hey, todo es cuestión de seguir insistiendo, de unas cuantas series, un puñado de películas, dos o tres reportajes y ya. Hasta que la gente aprenda lo que debe opinar.

Por lo demás, el propio ‘El País‘ abre con la mitad de nuestro titular: «El matrimonio gay es constitucional«. Lo que no es extraño, ya que el propio diario salió ayer con la mitad de páginas o menos de lo que acostumbra. Claro que hay casos más sonrojantes. Ahí está ‘ABC‘, que abre con la portada más esperpéntica en años: «Al paro por no hablar catalán«, donde cuenta el caso de un magrebí que vive en Cataluña y ha sido discriminado por no conocer la ‘llengua diferencial’.

Soy muy partidario de informar de esos desmanes pero, siendo serio, ¿da para abrir cuando el Tribunal Constitucional se pronuncia sobre un tema tan debatido y los norteamericanos eligen al hombre más poderoso de la Tierra? ¡Esperen, esperen, veo un recuadrito: «El Gobierno no tocará el matrimonio gay tal y como lo ha validado el TC«.

Ahora, uno puede, como ‘El País‘, celebrar este «importante avance» o lamentarlo como un caso de (por citar al jefe) «derecho contra naturaleza». Pero ese colarlo al descuido, como un segundo pensamiento, es bastante sospechoso. ¿Tendrá algo que ver que el Partido Popular sea el primero en alegrarse de que hayan rehazado su recurso de constitucionalidad, presentado sólo para tranquilizar a una buena parte de su electorado natural?

Por otra parte, el titular es directamente ridículo: el Gobierno no deja como está el ‘matrimonio’ gay porque así «lo avale el TC». Tiene mayoría absoluta y puede derogar la ley exactamente igual que la aprobó el PSOE, con los votos en contra del Partido Popular, que el tribunal se ha limitado a decir que se puede, no que se deba. Pero el Gobierno no quiere, y al ‘ABC‘, tan del régimen, le da cosita decirlo.

La izquierda tuitera, que pese a su atención no acaba de pillarle el punto a Marhuenda ni al PP, esperaba una portada flamígera contra el fallo y quedó defraudada. Si me hubieran preguntado… La izquierda se ha creído su propia fábula en torno al PP, creen que son conservadores homófobos y así. Sería mejor para ellos que dejaran de creer su propia propaganda y abrieran los ojos. Oh, y los forofos del PP también.

CREAR Y CRIAR

El País‘, aunque sometido a un severo régimen de adelgazar, no ha dejado de dedicar su primer editorial a tan magno evento. Habla ‘El País’ de «materias percibidas por una poderosa mayoría de la sociedad como una ampliación de derechos que debe estar al margen de intolerancias», y yo me pregunto, con total inocencia, de dónde saca el editorialista está «poderosa mayoría». El caso americano no parece avalar esta tesis, ni les hemos visto demasiado entusiasmados con la idea de someter a referéndum esta u otras iniciativas de ingeniería social.

Pero me voy a quedar con otra parte, donde creo que está el núcleo del problema: «Como toda institución jurídica, la del matrimonio también está sujeta a la evolución del tiempo: su forma puede cambiar sin que pierda su rango más esencial: la unión libre de dos personas en un proyecto de vida en común que, cualquiera que sea su sexo, merece la máxima protección legal del Estado». Ahora, el matrimonio ni es ni ha sido nunca eso. Mi abuela y mi hermana, que vivieron juntas muchos años, eran a todos los efectos, «dos personas en un proyecto de vida en común», sin que fueran matrimonio ni la ley pudiera aceptarlas como tal.

No, el Estado no tiene por qué ‘proteger’ las relaciones libres de los ciudadanos. Si protege el matrimonio es porque es anterior a él y en él se ‘crea’ y cría el elemento esencial de cualquier sociedad: todos los seres humanos.

 

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Autor

Elena Bellver

Redactora de contenido web & Seo, Copywriter & Community Manager. Es la redactora de las recetas de cocina de Periodista Digital.

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