Juntar en una misma mesa periodística a Emilio Campmany y a Pedro Fernández Barbadillo es un lujo para los sentidos.
Hace poco apareció libro del profesor Santos Juliá sobre la figura del señor Pradera y eso animó a Periodista Digital a hacer un coloquio por lo interesante que suponía que una persona como el señor Pradera, que tiene una familia de fuerte peso en el régimen anterior luego fuera uno de los referentes mediáticos de la izquierda en los tiempos siguientes como gurú del diario El País.
A modo de provocación, se propuso para el inicio de esta tertulia este libro del señor Vizcaíno Casas, ‘De Camisa Vieja a Chaqueta Nueva’ porque la portada era muy gráfica… muestra un señor como pasaba del brazo en alto al puño en alto en apenas 10 años de diferencia…
P.F.B: Es que ese señor es José Luis López Vázquez… que interpretaba al protagonista de la novela en una película que se hizo después de la novela. El personaje de querer alistarse en la División Azul a hacerse socialista. En los años intermedios evolucionaba a todas las formaciones políticas que había.
Les paso la provocación, ¿en efectos periodísticos hubo un camisa vieja a chaqueta nueva?
P.F.B: De una manera clarísima, de la misma manera que Adolfo Suárez se convierte en el hombre que trae la democracia siendo el secretario general del partido único franquista, si esto ha pasado en política qué no pasaría en la banca, en la empresa, en la universidad y en el periodismo.
E.C.: Me gustaría contar una anécdota, me acabo de acordar ahora que ha sacado Pedro la figura de Adolfo Suárez. En la Transición, mi padre Jaime Campmany, era falangista, había hecho toda su carrera periodística primero en el periódico Línea de Murcia, que era prensa del Movimiento y luego en el Arriba hasta que poco antes de que muriera Franco lo echaron del Arriba, no digo que lo echaran por demócrata, pero en fin, que no coincidía con el punto… porque mi padre lo que quería era hacer un periódico que hiciera información y los medios políticos lo que quieren es un órgano que defienda sus planteamientos y no que dé información. Hubo ese conflicto, después hizo informaciones y poco después de morirse Franco recaló en el ABC donde ya hizo todo el final de su carrera periodística.
Mi padre era del grupo de los azules, muy amigo de Juan José Rosón, de Rodolfo Martín Villa, de Jesús Sancho Rojo y de quienes dirigieron en parte la Transición. A mi padre le hacía ilusión ser diputado en Cortes en las primeras elecciones del 77 y como la cosa no terminaba de salir, inquieto ante las promesas que le habían hecho y no se cumplían, llamó a Adolfo Suárez, y le dijo bueno, Adolfo, y él dice que ha dado orden y que como puede pasar esto, además yo tengo estrictamente dicho que no se lamine a nadie por su pasado falangista, o franquista, y le dijo mi padre oye pues me parece muy bien porque desde luego si laminan a alguien el primero que irías serías tú que eras Secretario General del Movimiento, que yo he sido falangista de base y nunca he tenido ningún cargo, entonces eso, yo creo que esa frase de Adolfo Suárez que de repente se transforma en un señor que ha caído de Marte y dice, vamos a perdonarles la vida a estos señores falangistas que estaban equivocados y ahora quieren integrarse dentro de la democracia cuando él ha sido el más falangista de todos los azules.
P.F.B: Bueno si me perdonáis, es que además Suárez fue de los últimos ministros que juró con camisa azul y el yugo y las flechas, su cargo… cuando además la camisa azul empezaba a estar en el armario y algunos empezaban a quemarlas o a tirarlas.
Me llama la atención que si tuviéramos que dar por válida la versión que suelen dar la mayoría de los periodistas de los años 70 pues da la sensación de que todo el mundo era aperturista, me llama la atención cuando veo reportajes de la Transición que dicen que eran muy pocos los periodistas aperturistas frente a la gran mayoría de prensa inmovilista Franquista pero luego miras cada caso y todos eran aperturistas, miras el ABC y no no, éramos aperturistas con los artículos del señor Anson, miras el Ya, no ya éramos aperturistas, en el Arriba, en el Informaciones, no ya estaba Cebrián, en Pueblo, decía Emilio Romero, no ya éramos aperturistas, todos eran aperturistas… entonces no hacía falta ninguna conversión porque todo el mundo era demócrata o cómo era esto…
P.F.B: Cesar Alonso de los Ríos cuenta en un libro que lleva el título de ‘Yo tenía un camarada’, que cuando sale El País, al poco de salir, los columnistas de El País son Lain Entralgo,Tovar, Camilo José Cela, y el chiste en la profesión era que eran los mismos columnistas que tenía el periódico falangista Arriba en el año 44, entonces este tipo de gente digamos que ellos han sido un eje, no se han movido y el mundo ha girado en torno a ellos.
E.C.: De todos modos yo creo que hay que matizar porque cuando tú dices si todos eran aperturistas yo creo que todos no lo eran pero muchos sí, hasta el punto de que a finales de los años 60 principios de los 70, unos antes y otros después, estaban convencidos de que el régimen de Franco no tenía continuidad después de Franco y de que lo que venía después, era de alguna forma una democracia homologable con el resto de los países europeos.
El debate podía estar en si se podía legalizar el partido Comunista o no, y el debate podía estar en si habría que conservar transformada la monarquía que nos dejaba Franco había que ir a una República de corte francés o italiano, más jacobino, pero en definitiva todos sabían que esto no podía continuar. Naturalmente se mantuvo El Alcázar como fiel a todos estos o Fuerza Nueva que tenía su revista, obviamente había periodistas u órganos que querían ver si había forma de conservar el franquismo sin Franco, pero todos, es decir, la mayoría sabían que aquello se tenía que transformar… Otra cosa es el proceso que se produjo en muchos de ellos pero no en todos, de querer transformar su pasado, para tratar de convencer a sus lectores de que ellos siempre habían pensado eso, es decir, que ellos siempre habían sido favorables a la democracia y opuestos al régimen de Franco.
FRAGA Y SUÁREZ
En política podría ser lo equivalente al señor Fraga y el señor Suárez, el señor Suárez sería el caso del que intentó borrar su pasado y el del señor Fraga, el que aceptando su pasado intentaba adaptarse.
E.C: Sí, más o menos, efectivamente es algo así.
P.F.B: Bueno, en el caso del señor Fraga también pega un cambio cuando se quiere presentar a la Xunta de Galicia y entonces él se convierte en galleguista y entonces pasa a farfullar en gallego…
E.C.: Pero al menos en la Transición el ejemplo de Juan está muy bien traído porque Fraga se presenta asumiendo su pasado franquista y Adolfo Suárez trata de alguna manera de sacudírselo.
P.F.B: Esa es una de las desgracias que convierten a la derecha española en una derecha coja, en una derecha acomplejada. Adolfo Suárez, según cuenta en sus memorias Alfonso Osorio, llegó incluso a presentarse como socialdemócrata.
¿Y no tendrá que ver esta evolución con lo que decía el señor Martín Villa con esta evolución del entorno, de lo que sea mayoritario a eso nos apuntamos?, pregunto…
P.F.B: Yo creo que el entorno, el ambiente influye muchísimo en una profesión como la periodística en la que se vive también en mucha apariencia, de opiniones compartidas y un querer permanecer dentro del establismo.
E.C: Hay algo de eso lo que pasa es que yo creo que tienes tú razón, en los países en los que se instala una dictadura o semi dictadura un sistema de partido único durante mucho tiempo como nos sucedió aquí en España, se integran dentro de la política y dentro de ese partido único personas que no necesariamente sienten pasión por esos principios que el partido defiende si no que como sienten pasión por la política o incluso por el servicio público, una vocación legítima que al integrarse en ese partido único tienen que asumir esos principios pero son esencialmente pragmáticos y tratan de transformar la realidad que se encuentran muy modestamente a lo que podrían ser sus bases ideológicas, no necesariamente opuestas a las de ese partido pero tampoco perfectamente concomitantes por eso tampoco… otra cosa es la falsificación de tu propio pasado y el creer que tienes que presentarte como lo que nunca fuiste y eso creo que es lo que es poco presentable moralmente tanto en lo que se refieren a los periodistas como en lo que se refieren a los políticos.
P.F.B: De la misma manera que en el Franquismo había un partido único, el estado también tenía prensa, la llamada prensa del Movimiento con periódicos en la mayoría de las capitales de provincia y para ejercer como periodista había que estudiar en la escuela oficial del periodismo y tener el carné de la escuela Oficial del periodismo, salvo cuando la Universidad de Navarra crea su facultad de periodismo y tener un carné concedido por el estado, entonces ¿hasta ese punto me dices muchos de estos críticos al franquismo que se descubren de pronto Castristas, Marxistas, o incluso admiradores de Alemania oriental eran falangistas de corazón?, pues hasta cierto punto porque para ejercer de periodista tienes que tener ese carné.
J. F.- Vamos a poner un nombre, don Eduardo Haro Tecglen que fue el único columnista diario que ha tenido el diario El País hasta su fallecimiento en el año 2005, sus enemigos le sacaban con bastante frecuencia aquel artículo elogiando al General Franco en el año 44 y él, más o menos, venía a decir que él nunca había sido franquista pero se había visto obligado por las circunstancias, por la presión que había y porque era a única manera de subsistir, sería quizás un caso de alguien que no evolucionó pero que se vio obligado a callar hasta que en el año 60 se atreve a decir que es mas o menos demócrata y después ya en democracia ya que es de Mao
P.F.B: Y estalinista, que escribió una columna encabezada con un gracias Stalin.
E.C: Es que eso no es verdad porque lo he dicho mi padre lo reconocía y lo he reconocido yo como hijo suyo, mi padre era falangista, mi padre tenía once años cuando empezó la guerra y cuando terminó tenía 14 y con 20, o veintitantos decidió hacerse falangista porque creía en lo que leyó cuando era joven de José Antonio y en el año 68, 69 escribió un artículo que tuvo mucho éxito que se llamaba La Camisa Azul y contaba que mi madre le había sacado unas camisas azules de un cajón y le dijo, Jaime, ¿qué hago con estas camisas?, ¿las tiro?, preguntó mi madre y dijo mi padre, no, no las tires, déjalas en un baúl aparte porque aunque cumplieron su misión y aunque ya no tengan misión que cumplir, cabe la posibilidad de que en el futuro las volvamos a necesitar… Lo que quería decir el artículo es que todos esos principios de la falange ya estaban periclitados y había que inventar una nueva forma de ser España pero no era justo tirar esas camisas a la basura porque habían cumplido su servicio con el país pero los falangistas interpretaron al contrario que lo que había que hacer era volver a ponerse esas camisas azules y volver a la revolución pendiente… Entonces una cosa es asumir tu pasado y tratar de defenderlo y otra cosa es lo que dice Eduardo Haro Tecglen. A mi padre jamás nadie le obligó y él no se sintió obligado a escribir en el periódico pegar esos lametones que Eduardo Haro Tecglen le pegó a José Antonio y a don Francisco Franco, en absoluto y reto y desafío a cualquiera que nos esté viejo y oyendo a que saque un artículo de mi padre de aquellos años tan halagador como el que escribió Eduardo Haro Tecglen.
Me da la impresión por las cosas que he visto que en el año 70 declararse falangista no estaba bien visto, perjudicaba al régimen…
E.C.: No, a mí eso me parece un poco exagerado, si estamos hablando del 74 o del 75 puede ser que sí, pero en el 70 me parece muy pronto. Lo que sí sucede es que cuando se va acercaba lo que se llama el hecho biológico, la inevitabilidad de que algún día Franco se moriría, pues todas las familias del régimen que eran muchas y no siempre bien avenidas, trataron de colocarse para tratar de controlar esa Transición y los falangistas estaban tan bien colocados que fueron ellos quienes controlaron esta Transición, no fueron los monárquicos que digan lo que digan Anson o Alfonso Ussía que ahora se declaran muy favorables a Don Juan Carlos pero lo eran de Don Juan, como es lógico y natural siendo monárquicos. Por otra parte estaban los demócratas cristianos en torno a la Iglesia, y por otra parte el Opus, había diferentes grupos que se movían pero los que se llevaron el gato al agua fueron los falangistas y fueron los que hicieron la democracia que conocemos con todos sus defectos y todas sus virtudes.
Por poner dos nombres sobre la mesa, los dos grandes de la prensa ahora podrían ser el señor Cebrián y el señor Ramírez, del señor Ramírez, Miguel Ángel Aguilar repite con frecuencia que fue un franquista en su juventud y el señor Cebrián es menos discutido porque ahí está el artículo de mis amigos falangistas, y su etapa en Pueblo y pertenecía también a una familia ligada a la prensa del Movimiento. Si diéramos por válido que igual es mucho darlo por válido, que tuvieron algo que ver con el falangismo en todo caso, no serían víctimas del franquismo, ¿por qué se convierten en referentes tan claros del periodismo antifranquista?.
P.F.B: Influye mucho el deseo de cantidad de españoles de inventarse un pasado nuevo, en cierto modo fue lo que pasó en Italia cuando la monarquía destituye a Mussolini en el verano del 43 y cuando se construye una democracia nueva a partir de la ocupación de los aliados desde el año 46. Todo el mundo era antifascista, pero si Mussolini arrasaba electoralmente, bueno solo llegó a haber elecciones en un momento a poco de instaurar su gobierno pero durante 20 años a Mussolini se le jaleaba en toda Italia, incluso es el único país en el que había masas pidiendo la entrada en la II Guera Mundial. Incluso se puede ver en Youtube el discurso de Mussolini a la muchedumbre reunida declarando la Guerra Mundial y donde es ovacionado . Entonces es la triste condición humana de esta pequeña miseria o gran miseria según se mire, de traición a lo que te ha permitido medrar y vivir en algunos casos estupendamente.
Yo insisto, ¿cuáles son los dos partidos en los que se basa la Transición? Un partido formado por franquistas y falangistas que esconden la camisa azul que es la UCD y un partido de nuevo cuño creado por servicios secretos españoles y extranjeros sin ninguna base electoral sin gente, sin cuadros y sin masas que es el PSOE, porque las masas durante el franquismo las tenía el partido comunista.
E.C.: «El País en ese sentido cumple una misión muy importante al proporcionarle esa base electoral de la que carecía y convertirse un órgano ideológico, teóricamente independiente, tiene que ser teóricamente independiente porque si no no le hubieran seguido de esa manera y El País le proporciona el sustento ideológico en ese sentido, Juan Luis Pradera fundamental, Juan Luis Cebrián para nada, Juan Luis Cebrián lo que era era un gran jefe de periodistas, en el sentido de que mandaba ordenaba y conseguía que el periódico saliera como salía pero el que escribía, el que daba base ideológica a todo esto era Javier Pradera, que ha fallecido ya y es imposible preguntárselo pero no se si él se consideraba socialista o comunista, pero en cualquier caso muy de izquierda y se había leído muchas cosas, y muchos libros y sabía de lo que hablaba, Cebrián no ha leído nada, Cebrián es un analfabeto.
P.F.B: Hay que recordar a nuestros espectadores que Javier Pradera se hizo voluntariamente oficial del cuerpo jurídico del ejército de la Victoria, del ejército franquista, y creo que se retiró de capitán o de comandante del ejército.
Una curiosidad anecdótica que ha comentado alguna vez Jiménez Losantos: ¿esto de que los Campmany y los Cebrián veraneaban juntos?
E. C: No es exageración, tanto como veranear juntos no, pero Vicente Cebrián, el padre de Juan Luis Cebrián, y su mujer Carmina, eran muy amigos de mis padres y se veían todas las semanas. Yo alguna vez tengo la debilidad de ver la película que me hicieron en mi primera comunión y están todos los Cebrián con nosotros, tanto sus padres como sus hijos. Y nos llevábamos muy bien, sobre todo con las tres crías pequeñas que eran más de la edad de nosotros. Luego, se quebró la relación, no solo con Juan Luis sino con toda la familia, una cosa muy triste pero…
J. F. – Cuando se produce la gran guerra del grupo Prisa en el 97, 98 con el tema Sogecable, el argumento que más se usa es: «es un ex franquista». Esto es lo que más me llama la atención. Si eso es lesivo para ejercer el periodismo, es inevitable responder diciendo que no sólo hay uno que tenga su pasado…
E. C – Por supuesto, mi padre siempre asumió su pasado y siembre se hizo responsable de lo que había escrito y no tuvo problema en admitir lo que había hecho en su pasado, incluso en sentirse orgulloso de él. Cosa que otros no pueden hacer porque claro, Juan Luis Cebrián había sido director de los servicios informativos de Televisión Española en la última etapa del Franquismo. Jamás mi padre nunca tuvo un puesto tan importante en el Régimen. En Falange jamás tuvo un cargo directivo.
El cargo más importante que tuvo fue de director de Arriba, y lo echaron por rojo, sin serlo. Además, cuando estaba en la redacción de Arriba, protegió a los periodistas que estaban acusados de rojos y que querían echarlos en el Régimen por el hecho de ser buenos periodistas. Eso no quitaba para que si uno era malo lo echara, fuera falangista o maoista o lo que fuera. Ese fue el comportamiento de mi padre. ¿Que era falangista? Naturalmente que lo fue y nunca lo negó. Pero la cuestión en el caso Sogecable es si la sociedad de Prisa había cometido un delito o no. La cuestión no era quien lo denunciara. En definitiva estos señores se habían repartido los depósitos de descodificadores de Canal +. Cosa que es, a mi modesto entender y soy jurista, cada cual que piense lo que quiera pero habiéndome estudiado el asunto, es una apropiación indebida. Si os fijáis, los bancos, que hacen lo mismo, disponer de nuestros depósitos, están obligados a una serie de medidas para garantizar la devolución de los depósitos: coeficiente de caja. Si eso no existiera, es porque nosotros no tenemos capacidad de disponer del dinero que se nos deposita en nuestro poder.
P. F. B – Sobre El País no se insiste lo suficiente en que el periódico es un proyecto que nace dentro de los reformistas franquistas con Manuel Fraga a la cabeza y también José María de Areilza, embajador de España nombrado por Franco varias veces, en Francia, en Argentina…
Que llegó a decir ‘¡Viva Hitler!’
P. F. B – Y no solo eso, sino que en el libro de Jesús Palacios, ‘Las cartas de Franco’, se reproduce una carta que le envía Areilza en los años 50 a Franco que estaba veraneando ya en San Sebastián, donde se le aplaudía y nunca tuvo ningún problema Franco para veranear, invitándole a que fuese a su casa de Santurce.
Sobre El País, se monta con Manuel Fraga a la cabeza, con José María de Areilza, como dice el propio Cebrián: no hubo accionistas socialistas. Incluso hubo accionistas comunistas, gente como Tamames, y grandes colaboradores: Julián Marías, Ricardo de la Cierva y con el tiempo dos grandes periodistas como Carlos Mendo y Darío Valcárcel.
E. C. – Carlos Mendo que iba a ser el director de El País
P. F. B – Que iba a ser el director, pero Juan Luis Cebrián se trabaja mejor a Fraga. Fraga lo cuenta en sus memorias, que estando él de embajador de España en Londres, que había sido una especie de cargo de consuelo por haber perdido el ministerio que le dio el Franquismo, pues iba mucho Cebrián a verle a Londres con la excusa de hacerle entrevistas.
E. C – Para la revista Gentleman, una revista que se sacaba en un papel couché fantástico y que fue un fracaso estrepitoso, costaba un dineral. Pero a Cebrián le sirvió para eso, la expresión de Pedro ha sido perfecta, para «trabajarse a Fraga» y que le hiciera director.
P. F. B – Además Fraga cuenta que él y Cebrián discutieron varias veces cómo debía ser el periódico, incluso como debía de ser la sección de crítica de libros. Y Fraga que nunca pecó de modesto dice que le dio varias ideas de cómo hacer la sección y de quiénes tenían que escribir en ella. Y en una época, en los años 70, 73, 74, donde a Londres viajaba poca gente.
El estilo que se le da al periódico El País, en vez de ser ese proyecto de periódico ilustrado de centro-derecha, a convertido en un periódico más bien cercano al centro izquierda, al PSOE principalmente…
P. F. B – Está claro que El País ha sido un gran negocio. Ha sido y es el periódico más vendido por mucho que haya bajado la venta, y en mi opinión sigue siendo en muchos casos el periódico que ha dado una mejor información, sobre todo en la sección de Internacional. También mejoró muchísimo las condiciones laborales de los periodistas en el resto de los periódicos que se hacían en España. La decadencia empresarial de El País es un ejemplo de lo que se dice de que normalmente en las empresas familiares acaban echando al gestor que no pertenece a esa empresa. En este caso ha sido al contrario, es la excepción. Aquí ha sido el gestor el que se ha hecho con la empresa familiar y ha echado a la familia.
Alguien diría que antes Polanco había echado a la familia anterior que eran los Ortega.
P. F. B – También se puede decir pero a Polanco le ponen precisamente los fundadores para que gestione el día a día del periódico y hay que reconocer, y a las pruebas me remito, que no lo hace nada mal.
E. C – También hay que recordar cómo se hacían los periódicos en España en aquella época y El País estaba muy bien hecho. Ahora, prácticamente todos los periódicos españoles están tan bien hechos como El País. Pero en aquella época, si cogías el Ya era un horror: Era enorme, empezabas una noticia, seguía en página 24, luego en página 12… Era un dolor de cabeza tremendo.
¿Por qué creen que en la prensa de Madrid, que es la que es de ámbito nacional, ha habido monopolio de El País en el tema de la izquierda? Porque ha habido otros intentos de hacer periódicos de izquierda: Diario 16 al principio, El Sol, el Público el más reciente… Y nada. Ha tenido ese monopolio. Que por un lado es bueno porque así no hay orfandad de la izquierda mediática pero por otro lado ha hecho que la derecha mediática esté tan dividida.
E. C – Yo creo que la clave es que el electorado de derechas es mucho más libre que el de izquierdas. Es decir, el de derechas es mucho más indisciplinado y si su periódico dice algo que no le gusta, coge y se cambia, siempre que tenga dónde cambiarse. Y, en cambio, el electorado de izquierdas es mucho más monolítico, mucho más fiel, mucho más leal. Esto con su parte buena y su parte negativa, esto no lo digo en sentido peyorativo, simplemente decir que es distinto. Es un tipo que a pesar de que lea en El País una cosa que no le termina de convencer sigue comprándolo. En cambio el de derechas es más indisciplinado, más irregular, van cambiando constantemente de cadena de televisión. Y lo veis ahora mismo en los medios, en la misma televisión, con pequeños nichos de oyentes o televidentes hay dos, tres cadenas de sensibilidad de derecha que tratan de hacerse un hueco y los televidentes van cambiando con el mando conforme les va pareciendo mejor o peor lo que unos y otros dicne. El de izquierdas no, el de izquierdas se pone en un sitio y ahí se queda.
P. F. B – Pero eso ha creado en El País una esquizofrenia que ha empezado a manifestarse los últimos años. Por ejemplo, cogías la sección de Internacional y encontrabas columnas de Herman Tertsch y algunas crónicas excelentes de periodistas de El País en Europa del Este, cuando el bloque socialista, poniendo a caldo a los socialistas, a los comunistas… Y luego llegabas al final del periódico y te encontrabas al viñetista ere al que yo nunca le vi la gracia, Perich, haciendo monos totalmente maniqueos donde los buenos siempre eran los progres y los malos llevaban chaqueta, corbata y gomina. Y por supuesto también había un monaguillo detestable. Y luego avanzabas un poco más y llegabas a las columnas de Haro-Tecglen, el único columnista diario de ese periódico, donde había elogios a Stalin, apologías de la violencia siempre de la izquierda, etc.
El complejo de la derecha, aplicable a la política y a los periódicos. Muchos de los grandes columnistas de los periódicos de derecha son gente que tiene su pasado en la izquierda. Un ex izquierdista da prestigio a un medio derechas, como Martín Prieto a La Razón. No me imagino a El País recibiendo con aplausos a un ex columnista de ABC…
P. F. B – Ha habido excepciones a esa regla, por ejemplo El País tuvo a Javier Tusell, que venía de Los Tácitos del Franquismo. También tenía a un crítico creado por Luis María Anson en el ABC, Miguel García Posada, que luego se pasa a El País y se dedica a zumbar a todo lo que es derecha. pero es cierto que en España, como el ambiente es izquierdista.
A Vestrynge no le pusieron en las listas del PSOE y, sin embargo, el PP sí puede poner a alguien con pasado de izquierdas en las listas.
P. F. B – En las listas no, pero como subsecretarios y secretarios de Estado hay muchos que tienen un pasado en el PSOE e incluso más a la izquierda.
E. C – Yo creo que la explicación a eso es que en la prensa de izquierdas como en los ambiente sociales de izquierda, el de izquierdas tiene que ser siempre de izquierdas. Es decir, en la derecha se puede tolerar, no solo eso sino que parece muy normal que cuando tienes 20 años eres de izquierdas y cuando tienes 40 te haces conservador, es una especie de camino vital que parece habitual. Pero en la izquierda, como es ideológicamente lo bueno, no has podido tú ser de derechas nunca porque eso es ser malo. Entonces, los que provienen de la derecha se dicen ser de izquierdas siempre. Es decir, que para tu llegar a los periódicos de izquierdas has podido ser de derechas perfectamente pero te tienes que disfrazar como izquierdista sempiterno.
Es un poco el caso de Tusell que es el más notable, nunca negó su origen demo-cristiano pero una democracia cristiana concebida como de izquierdas, que no es marxista. Y así era tolerable en El País. Y también por esa especie de bloque monolítico que tiene que ser la izquierda, absolutamente impermeable a cualquier otra influencia exterior. Mientras que la derecha, por su propia naturaleza, se te escapa de las manos, se diluye. Es gente absolutamente indisciplinada que un día te dice una cosa, otro día te dice otra, en los medios de derechas es muy corriente ver debates ideológicos. Por ejemplo, el matrimonio homosexual, ves gente a favor y gente en contra. Pero en la izquierda eso es impensable, se da la orden de estar a favor y todo el mundo ha estado siempre a favor.
P. F. B – Y Javier Tusell, de vez en cuando, como peaje, tenía que atacar a la gente de derechas, y sobre todo al agente que había pasado de la izquierda a la derecha o al liberalismo.
Algún célebre artículo como el del Tonto Intonso…
E. C – Fue uno muy gracioso porque el linotipista lo corrigió, voluntaria o involuntariamente que eso nunca se llegó a descubrir, y en vez de decir Tonto Intonso decía Tonto Intenso, que fue cuando mi padre decía «¡La errata mejor al texto original!».
P. F. B – Quiero añadir que hay que tener presente que España pasó de estar contra el comunismo en Europa, la reserva espiritual de Occidente, a ser un país que votaba izquierda. Desde las elecciones del año 77 hasta la actualidad el PSOE ha gobernado 22 años y UCD y el PP, 13. Claro, en este ambiente de centro-izquierda mayoritario esto afecta a…
Si estuviera aquí Celia Villalobos diría que también el PP es un poco de centro izquierda…
E. C – O por lo menos ella
P. F. B – El español es el único parlamento europeo en el que no hay un partido que se defina de derechas.
E. C – Pero eso está cambiando. Porque antes cuando la izquierda quería insultar decía «eso es un tío de derechas», y eso ya era bastante insultante. Pero ahora ya no, ahora eso ya no se produce. Ahora te llaman «ultraconservador», «ultraliberal», «neoliberal», o «derecha extrema» o de «ultra derecha» pero decirte de derechas ya no es suficiente. Esa batalla del lenguaje, poco a poco se va ganando.
Se nos va acabado el tiempo, nos hemos dejado fuera a algún periódico interesante como el caso de Cataluña que quizá sea un tema aparte… La Vanguardia…
P. F. B – Yo quiero decir, para ilustrar sobre todo a nuestra audiencia joven, que La Vanguardia pasó de ser el periódico más vendido de los últimos años del Franquismo en toda España, mucho más vendido que ABC, el Ya o el diario Arriba, a ser ahora el diario que está dirigiendo y legitimando la ofensiva separatista. Eso si, siempre hay un Conde de Godó dirigiendo.
Que es el mismo curiosamente.
P. F. B – La familia es la misma, pero el anterior, el padre del de ahora, Carlos se llamaba, no nos olvidemos que fue cuatro veces procurador en cortes Franquistas, dos de ellas designada o por el propio Franco.