LA QUINTA ENMIENDA

El vídeo del año 2016: Las mujeres conmocionan al mundo caminando por la Paz entre Palestina e Israel

Son 3.000 y reclaman un diálogo fructífero entre ambos países en conflicto

Estas imágenes están dando la vuelta al mundo. Son tres mil mujeres palestinas e israelíes que caminaron juntas hace escasas semanas al resolver un acuerdo conjunto y encontrarse en los mismos objetivos: no enviar a sus hijos a la guerra y solicitar por enésima vez un diálogo fructífero político entre autoridades de Israel y Palestina.

No es la primera vez que las mujeres cambian la historia de los pueblos. Y como mujer debo sumarme a esta iniciativa cumplida con éxito, y difundirla con toda la intensidad que recojo en mi corazón impregnado en esta digna marcha por la Paz.

Conozco esta soberana y bendita tierra. Es una Tierra Sagrada para millones de personas en todo el planeta. Sea cual fuere la religión o ateísmo practicado, Jerusalén, convertido en la meta de estas mujeres valientes en su esfuerzo compartido mientras caminaban, no deja a nadie indiferente.

Jerusalén me abrió sus puertas en la Navidad del 2002. El Ejército de Israel había bombardeado en esa primavera la puerta trasera de la Basílica de la Natividad de Belén, al encontrarse refugiados 200 milicianos palestinos. Aunque fuentes del Gobierno israelí culpaban de los explosivos a provocaciones palestinas, mientras debatían la evacuación de los aguerridos guerreros «milicianos», las tropas de Israel amenazaban con entrar en este santuario al no deponer las armas los palestinos.

Se sucedieron deprimidas semanas sin luz ni agua en la Basílica sin rendirse los milicianos de Palestina, amparados por religiosos y el gobernador de Belén. Máxima tensión en la cuna de la Cristiandad. Saltaron las alarmas internacionales, y el Vaticano llamó a capítulo a Israel y a Estados Unidos para dilucidar una ineludible solución política. Descendió la tensión. Y se abrieron las puertas de la Basílica pacíficamente en mayo del 2002. La Autoridad Palestina había firmado un convenio con el Gobierno de Israel, vinculando la Carta de Naciones Unidas. La evacuación sin ejecuciones ni arrestos, ponía fin a un episodio más de la Segunda Intifada preponderante durante años en Israel.

Sin embargo, la disensión proseguiría en el tiempo. En la Nochebuena de 2002, cuando me dirigía a la Basílica de la Natividad, un grupo de extranjeros fuimos escoltados hasta los tanques del Ejército israelí que dibujaban un frontera militar entre los escasos nueve kilómetros que separan Jerusalén de Belén. Había un toque de queda de 23 horas en Belén. Nadie habitaba las calles.

Las viviendas adivinaban nuestras siluetas tras las miradas escondidas de sus ciudadanos. Un dispositivo de seguridad albergaba la posibilidad de soslayo en la asistencia del líder Arafat esa noche a la Misa del Gallo. El Patriarca de Jerusalén oficiaba el acto religioso. Se encontraba presente la Orden de Malta, Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y Malta. Aquellos atuendos similares a caballeros templarios o cruzados revestía de un cáliz de esperanza la Basílica más custodiada de la historia cristiana.

A escasos metros de esta ceremonia, las vidas de sus moradores repartían generosidad entre religiones y culturas aquella noche. Fui un testigo excepcional de ello.

La evidencia judía y el sello del Árbol de la Vida en las Tribus de Israel se recoge en la Sinagoga de Givat Mordejai en Jerusalén. La Tierra Prometida a los judíos refrendada siglos después en la creación del Estado de Israel al finalizar la Segunda Guerra Mundial es un hecho para los israelitas o hijos de Jacob descendientes de Isaac y Abraham. Cuando Omar entra en Jerusalén en el año 638 abanderando a Mahoma como el continuador de la religión iniciada por un manifiesto de Abraham de culto a la ciudad de la Meca, la ocupación de los lugares sagrados por los musulmanes custodió el cifrado Templo de Salomón.

Esta fusión superpuesta de religiones en algunos templos que viajan en el tiempo no ha derivado en la pérdida de identidad de lugares sagrados y claramente definidos como el Muro de las Lamentaciones, Getsemaní, sinagogas o mezquitas. En el siglo XII el líder musulmán Saladino conquistaría nuevamente Jerusalén, activando la Tercera Cruzada arrebatando a los cristianos cruzados la supremacía militar y religiosa.

Me remito discretamente a un sutil esbozo de la apasionante historia de Israel, para comprender la verdadera idiosincrasia de estas mujeres que protagonizaron esta Marcha de la Esperanza. He respirado la misma inquietud caminando por las estrechas calles del antiguo Jerusalén. Familias, comerciantes, tiendas orientadas al turismo, librerías, niños jugando, controles de seguridad, transporte público…una calle árabe, una calle judía, una calle cristiana…una calle árabe, una calle judía, una calle cristiana…Convivencia, barrios entremezclados en aromas de especias, religiones, costumbres, humanidad…

Siento el convencimiento profundo de estas mujeres para iniciar y culminar semejante andadura que, cambiará la historia. La Nochebuena de 2002 en mi corazón también cambió la historia. Deposité mis manos en la «estrella» de Belén que conmemora el inicio de la Cristiandad y me dispuse a visitar con esperanza el área de maternidad del hospital de Nazaret. Es tradición de los Franciscanos felicitar a los recién nacidos en esta noche que honra la vida en el mundo.

Me conmovieron los bebes, pero aún más los pediatras, comadronas, y enfermeros de guardia aquella navidad. Eran judíos, musulmanes, cristianos y griegos ortodoxos. Esta es de las lecciones más importantes que he recibido. Las creencias sumaban para todos ellos. Su fe compartida era su motivación para atender el paritorio. Un bello ejemplo de personas que salvan vidas todos los días. Les inquirí a conciencia en sus diferencias, pero no pude encontrar en ellos una sola fisura de desigualdad. Jamás les olvidaré.

Es por ello, que me ha conmovido certeramente la visita a la residencia del Presidente de Israel de estas tres mil mujeres al finalizar la Marcha de la Esperanza. Creo en ellas y en su proyecto. El Jefe del Estado Reuven Rivlin debería escucharlas. Así como el Parlamento junto al Primer Ministro Benjamin Netanyahu, podrían desarrollar acciones encaminadas a la Paz y al consenso con Mahmud Abás, Presidente de la Autoridad Palestina, que reclama el fin de ocupación israelí de los territorios palestinos desde 1967, asumiendo el fracaso de las últimas negociaciones en 2104. Las mujeres solicitan paz, un futuro viable para las nuevas generaciones y un «país normal».

Mujeres hacen la paz constituye una organización sin tintes políticos ni religiosos, con un matiz claramente integrador, que ha movilizado otros países vecinos con sendas iniciativas para la paz.

Nunca olvidaré a los niños y niñas rezando en el Muro de las Lamentaciones, ni la cálida sal del mar Muerto en el núcleo de la sabiduría de Qumran…la puerta de acceso con tantas cerraduras al Santo Sepulcro que necesita treinta minutos para ser desbloqueada, la llamada de los cantos musulmanes de madrugada escuchados en toda la ciudad de Jerusalén para acudir a las mezquitas…

Jerusalén es todo y todo es nada. «Sala-malecum-malecum-sala». «Shalom». la Paz esté contigo.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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