ANÁLISIS

Andalucía: El triunfo de la España sin complejos y el fin del ‘sanchismo’

Andalucía: El triunfo de la España sin complejos y el fin del 'sanchismo'
VOX: El juez Francisco Serrano con Santiago Abascal. EP

Los andaluces tienen motivos para la esperanza. El triunfo del centroderecha y de la derecha en las elecciones autonómicas es el triunfo de la España sin complejos, la España que cree en la ley y en hacer cumplir la ley.

La España, en definitiva, que concita el espíritu de concordia de esa Constitución de 1978 que cumplirá 40 años esta misma semana.

Una Carta Magna que ha articulado el mayor periodo de paz y prosperidad que ha disfrutado nuestro país en toda su historia y cuya esencia es inherente a las tres formaciones que ponen punto final a cuatro décadas de desastroso régimen socialista-peronista en la región: Partido Popular, Ciudadanos y Vox.

El partido liderado por Santiago Abascal ha sido la gran sensación de la noche. También es un triunfo para Pablo Casado -su trabajo durante toda la campaña ha sido esencial para evitar el sorpasso de Ciudadanos- y para el candidato del PP en Andalucía, Juanma Moreno, que muy probablemente será el nuevo presidente de la Junta.

Mención especial también para Albert Rivera, Inés Arrimadas y Juan Marín. El gran trabajo en equipo de Ciudadanos ha propiciado que los naranjas pasen de 9 a 21 escaños en sólo tres años.

Ahora, políticos de firmes ideas constitucionalistas como ellos deben propiciar con su apoyo el final de cuatro décadas de régimen socialista-peronista. No obstante, si algo ha demostrado este domingo es que los andaluces -y por extensión lo demostrarán pronto el resto de españoles- están cansados de la política neopodemita, revanchista y guerracivilista de Pedro Sánchez.

Es precisamente el sanchismo el gran derrotado de estos comicios autonómicos. El descalabro del PSOE de Susana Díaz -ha pasado de 47 a 33 diputados- ha venido propiciado por la corrupción multimillonaria en forma de EREs de sus antecesores Chaves y Griñán y por la nefasta gestión del Gobierno frankenstein de Pedro Sánchez, que se ha entregado sin pudor a comunistas bolivarianos, golpistas catalanes, nacionalistas vascos y proetarras de Bildu.

Ella se ha llevado el golpe electoral que los ciudadanos quieren propinarle a Sánchez, cansados de que la unidad de España sea una filfa en manos de los sediciosos.

Con casi 900.000 desempleados y una tasa de paro del 22,9% -la media nacional está en el 14,6%- Andalucía necesitaba un cambio sin más dilación. La alianza de PP, C’s y Vox podrá propiciarlo. He ahí la importancia de un centroderecha y de una derecha unida.

Corriente política e ideológica mayoritaria en España y que debe evitar con su participación en cada una de las elecciones que están por venir el avance de partidos que, como el PSOE de Pedro Sánchez o Podemos, se olvidan de los asuntos de interés general como el independentismo o la avalancha de inmigración ilegal a causa de la irreponsabilidad del Aquarius para centrarse en temas trasnochados como la exhumación de la momia de Franco.

Prueba de ello son las execrables declaraciones de Pablo Iglesias después del escrutinio, en lo que ha sido una auténtica invitación a la violencia contra Vox. El secretario general de los morados ha exhibido un lenguaje guerracivilista que debería estar desterrado de los discursos de nuestros representantes públicos.

Al final, y de tanto usar la tumba de Francisco Franco como argumento político, Sánchez ha provocado que el PSOE quede enterrado electoral y políticamente por sus propias obsesiones.

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