El feminismo consiste en llamarse Carmen Calvo

El feminismo consiste en llamarse Carmen Calvo
Carmen Calvo, de profesión ministra

Una de las cosas que me ha alejado de la izquierda en estos últimos… treinta años es su dogmatismo. Aunque conozco excepciones, con ellos todos los debates se reducen a si ellos tienen toda la razón o los demás estamos absolutamente equivocados. Véase por ejemplo el sectarismo de la manifestación del orgullo en el culo y cómo echaron de allí a patadas, insultos y orines a los que no eran estrictamente de su cuerda. “O estás conmigo o estás contra mí.” Entiéndase, Grande Marlaska. Y no hay más narices. O ellos o el final del mundo. Y el marrano, zafio, rastrero y vulgar socialista que enseñaba el culo está encantao de haberse conocido. Y de su fechoría.

Con el feminismo va a pasar otra vez. Lo ha dicho Carmen Calvo, esa voz preclara del gobierno que ya nos dijo en una ocasión que el dinero público no era de nadie. “Para feministas, las socialistas, guapa”. En sus palabras: “El feminismo es solo nuestro, guapa”. En ese “guapa”, en el que se inscribe automáticamente a toda mujer que no vote al  PSOE, hay un desprecio ideológico, un desprecio al otro, que sería para enmarcar si lo hubiera dicho Esperanza Aguirre. O Inés Arriadas. Pero ha sido una socialista y no pasa nada. Eso, la superioridad moral de la izquierda, también me aleja de ellos. Eternamente.

Estábamos en que solo los socialistas tienen el derecho de ser feministas. Mi vecina de enfrente que se ha pasado toda la vida votando (yo ya le he dicho que está muy equivocada) al Partido Popular no puede ser feminista. Toda la vida criando hijos, trabajando y peleando por las condiciones laborales propias y de los demás pero no puede ser feminista porque no tiene el carnet del  PSOE. Váyase a cortar piedra, señora ministra. Se llama sectarismo, se llama gilipollez máxima. Se llama Carmen Calvo.

Inician los movimientos sociales porque hay movimientos sociales justos que defender, lo acepto. Pero, tanto la mariconez como el feminismo solo pueden ser suyos. Solo lo manipulan ellos. Solo lo usan ellos. Para dividir y enfrentar, como enfrentaron en un momento a obreros y patronos. Puro marxismo esto de dividir y enfrentar. Porque sus masas necesitan la agitación permanente para ir a votar, se lo confesó Zapatero a Gabilondo. Con media España poniendo la oreja. Si agitación, sin exacerbación de las bajas pasiones políticas no son nada.

No sé de quién será el feminismo ni qué es eso de “el feminismo es nuestro” (¿en qué consistirá tenerlo? ¿Son sus dueños? ¿Marcan ellos las reglas de entrada en el club feminista?) pero sé en qué consiste la perversidad. Consiste en llamarse Carmen Calvo. Y ser ministra. Contra toda inteligencia.

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Pedro de Hoyos

Escribir me permite disfrutar más y mejor de la vida, conocerme mejor y esforzarme en entender el mundo y a sus habitantes... porque ya os digo que de eso me gusta escribir: de la vida y de los que la viven.

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