Unas de las cosas que no he comprendido nunca es que un pintor, un gran pintor, pueda ser tenido también como gran escritor, por ejemplo. Puede serlo, puede ser las dos cosas a la vez, pero hablo de que por ser un gran pintor no tiene que ser necesariamente un gran escritor. Se puede ser un gran futbolista y no tener idea de la vida. O de política. Que se le admire por lo uno no le concede autoridad para lo otro.
Hablo, usted ya lo sabe, de Xavi, ese gran futbolista que fue del Barcelona y de la selección nacional (¿se puede todavía hablar de selección nacional?) que vive a cuerpo de rey en Qatar, ese estado tan medieval como rico que compra sus deseos a golpe de cheque. Qué envidia, quién pudiera.
Dice Xavi que Qatar no es una democracia pero que funciona mejor que España. Lo dice sin duda por lo de Cataluña. No sé si debería decir Qataluña. Nunca en menos palabras se pudo justificar el fascismo. O el comunismo, tanto monta. “Funciona”. Ahorcan a los disidentes, ponga usted “homosexuales” si quiere, pero es un Estado que funciona. Las mujeres son un cero a la izquierda pero funciona mejor que España.
Hay argumentos, montañas, para señalar defectos de España, hay muchas cosas que mejorar en nuestra democracia, en nuestra sanidad, en nuestra educación, en el respeto que debemos tenernos a nosotros mismos y a la ley. Pero compararlo con Qatar, porque aunque no es una democracia “funciona”, es una gilipollez como la copa de un pino. Como todas las copas de todos los pinos del mundo. Hablando de copas, lo mejor que se podría decir de Xavi como intérprete de la actualidad política es que su estado natural es catar. Sí, cierto, su estado natural debería ser callar, pero es catar. La copa que le pongan por delante.
